Durante el cambio de estaciones corremos el riesgo de padecer ciertas patologías consecuencia del cambio de temperaturas y de los factores climatológicos. En el caso de la llegada del otoño o la primavera los ácaros reaparecen. Dentro de estas épocas, los meses otoñales son los que más afectan a los alérgicos debido a la proliferación de estos diminutos.
Incidencia de la alergia a los ácaros
La principal consecuencia de este tipo de alergia es la aparición de la rinitis, una inflamación de la mucosa nasal caracterizada por los siguientes síntomas: congestión nasal, rinorrea, estornudos o picor nasal. En ocasiones estos síntomas se pueden acompañar con la sensación de falta de aire, opresión torácica o sibilancias, “pitos” al respirar, lo que los especialistas en Alergología denominamos asma bronquial.
Actualmente, la incidencia de la rinitis alérgica va en aumento; afecta entre un 3 y un 19% de la población. En general, el tipo de alergia que más frecuente es a los ácaros del polvo. Aproximadamente, el 50% de las rinitis son de tipo alérgico y surgen como reacción inmunitaria de nuestro cuerpo frente a alérgenos como ácaros, pólenes, epitelios de animales u hongos ambientales.
Qué son los ácaros
Los ácaros son unas arañas microscópicas de la familia de los crustáceos que residen habitualmente en el polvo de las casas y se alimentan de restos de piel y pelo de las personas y los animales que habitan en un domicilio. En Baleares, los ácaros son comunes fundamentalmente durante el otoño y la primavera y, en menor medida, en invierno, siendo en verano cuando su presencia es más baja.
Las condiciones de humedad relativamente alta y las temperaturas suaves son las que más propician el crecimiento de estos seres, es por ello que en las Islas Baleares y en toda la cuenca mediterránea sean los alérgenos más importantes. Dada la similitud estructural entre los ácaros del polvo y la familia de los mariscos (gamba, mejillón, calamar, sepia, caracol, etc), algunos pacientes pueden padecer una alergia alimentaria a causa de la ingesta de éstos últimos y presentar cuadros de prurito bucal o lingual, es decir, sensación intensa de hormigueos; urticaria e incluso sibilancias. Esto sucede sobretodo en ambientes con vahos procedentes de la cocción de estos alimentos
Tratamiento de la alergia a los ácaros
En caso de presentar estos síntomas el tratamiento se basa en tres pasos: prevención, tratamiento de los síntomas y específico para cada caso.
En el primer caso, la prevención y así eliminar los ácaros se consigue con una adecuada limpieza de nuestro entorno: utilizarse el aspirador en lugar de barrer, emplear una bayeta húmeda para limpiar el polvo, aspirar el colchón como mínimo una vez al mes y lavar la lencería de cama a 60º. Además, también es aconsejable mantener la temperatura ambiente fresca y seca, usar colchones y almohadas de material acrílico y evitar edredones y almohadas de plumas o lana, moquetas, alfombras y peluches.
Además de seguir estas recomendaciones, el tratamiento consiste en el uso de antihistamínicos, colirios oculares y aerosoles nasales. En caso de que el paciente padezca asma se suelen utilizar inhaladores de rescate, que no curan pero sí alivian los síntomas.
Existe también la posibilidad de vacunación que consiste en la administración progresiva y creciente de los ácaros que causan la alergia y es el único tratamiento curativo de la enfermedad.
Aunque actualmente existan distintas ayudas para suavizar los síntomas, se recomienda que en cualquier caso sea visto por un especialista en Alergología que le asesorará en el mejor tratamiento, adecuado a sus necesidades.
Al final la recomendación es visitar a su Alergólogo o en su defecto visitar nuestro sitio web https://medicosenmerida.mx/medicos-en-merida/alergologos/ para encontrar el especialista que mejor se adapte a sus necesidades.