La mano representa una de las estructuras anatómicas más sorprendentes del ser humano, es una estructura compleja, tanto en construcción como en funcionamiento. Es un órgano de prensión y de movimientos finos, de gran sensibilidad, de discriminación precisa y destreza exquisita. La gran parte del cerebro que la controla constituye la prueba de su alto grado de majestuosidad. Las lesiones traumáticas de la mano son frecuentes en la vida diaria, la mayor parte de las veces en niños o en adultos en edad productiva, secundarias a accidentes laborales o del hogar.
La evaluación temprana y el tratamiento inicial adecuado por el Cirujano Plástico reconstructivo son necesarios para el futuro funcionamiento normal de una mano traumatizada. Sin embargo con demasiada frecuencia el tratamiento inicial no es proporcionado por el especialista indicado y las secuelas y complicaciones pueden llegar a ser incapacitantes. Las lesiones más frecuentes son las heridas simples de la piel, lesiones de las puntas digitales, las quemaduras, las rupturas o secciones de los tendones y de los nervios. Los casos más graves involucran fracturas, luxaciones, lesiones articulares, o incluso machacamiento de todos los tejidos como los ocasionados por maquinaria pesada.
Los casos extremos involucran la amputación de algunos de los dedos, o de toda la mano, lo cual requiere de procedimientos de microcirugía reconstructiva para su reparación. Algunas otras enfermedades que involucran a la mano y que requieren atención especializada son: las infecciones, las tumoraciones, las malformaciones congénitas y los procesos degenerativos como la artritis reumatoide.