Entre las disfunciones que trata un foniatra se encuentran:

Afasia:

Disminución de la capacidad para entender o producir el lenguaje.

Disartria:

Se produce cuando la voz es forzada o existe una articulación defectuosa de los fonemas.

Afonía:

Ausencia de voz o incapacidad a la hora de hablar.

Dislalia:

Es la dificultad para articular determinados fonemas. Este trastorno es más común en niños.

Tartamudez

Pérdidas auditivas moderadas o profundas.

El foniatra trabajará además codo con codo con especialistas como otorrinolaringólogos, logopedas, audiólogos, en incluso con fisioterapeutas, en los casos más complicados en los que el paciente necesita rehabilitación en los procesos motores del cerebro.