Normalmente, los pacientes acuden cuando ya no pueden soportar la sintomatología. Frecuentemente se retarda el acudir al médico por miedo o vergüenza, hecho que supone que las patologías vayan aumentando de gravedad.
Es importante concienciarnos de que cuanto antes se acuda al médico para explorarse y diagnosticarse, menos agresivo será el tratamiento.

En la primera visita al proctólogo, a parte de valorar la historia clínica, se realizará una exploración anal que, aunque es muy temida por los pacientes, puede ser molesta pero no suele ser dolorosa.
Generalmente consiste en una inspección de la zona perianal, un tacto rectal y una anoscopia (exploración del canal anal con un tubo con luz). Tras esta visita se establece un diagnóstico. Algunas enfermedades precisan de la realización de alguna otra prueba posterior antes de la cirugía y otras no.
Normalmente tras esta primera visita, podemos decir al paciente si su problema requiere un tratamiento quirúrgico o bien si podemos hacer un tratamiento conservador