El pie diabético es una alteración clínica que se produce por mantener unos niveles de glucosa más elevados de lo habitual, sus características son:
- Una disminución de la sensibilidad en el pie (neuropatía).
- Una disminución de la circulación de la sangre (isquemia).
Ambos factores pueden predisponer la aparición de una ulceración en el pie.
La diabetes es la causa más frecuente de amputación del pie en países desarrollados y se estima que el número de pacientes diabéticos diagnosticados va a aumentar significativamente. Muchas de estas amputaciones se podrían evitar, en la medida de lo posible, si se realizasen las acciones preventivas necesarias. A continuación, te exponemos una serie de consejos:
- Realiza el cribaje neuropático y vasculopático
Se recomienda realizar una vez al año el cribaje neuropático y vasculopático para comprobar el estado y la evolución de la enfermedad. Hay que destacar que, en pacientes de riesgo, es recomendable hacerlo cada seis meses.
- Observa a diario el pie
Es aconsejable que todos los días observemos con detenimiento los pies prestando especial atención a la punta del dedo gordo, al resto de dedos sobre todo por la parte de abajo, al talón y a la planta sin olvidar tampoco la zona exterior del pie. Si vemos que aparece alguna rozadura, herida o enrojecimiento lo ideal es acudir a un especialista porque, como se suele decir, “más vale prevenir que curar”.
- Cuidado al cortar las uñas
Como detallamos en nuestro post “Consejos para cortar las uñas de los pies”, el corte debe ser recto utilizando un cortaúñas o un alicate recto, e intentando no dejar nunca esquinas ya que esto nos puede generar una lesión en la piel. En pacientes con diabetes, una pequeña herida a la que podríamos no darle importancia puede ser el punto de partida de una posible infección. Por ello, te aconsejamos que acudas al podólogo si es necesario para evitar este tipo de problemas. Puede parecer algo banal pero no lo es.
- Presta especial atención a la higiene
En un paciente diabético es importante lavar todos los días los pies y mantenerlos muy limpios. Es recomendable hacerlo con agua tibia y jabón. Cabe recordar que muchos pacientes no tienen sensibilidad en esta parte del cuerpo y no sentir el agua demasiado caliente puede generarle una quemadura. Por este motivo, también tendremos que evitar calentar los pies con bolsas de agua o colocarlos cerca de estufas y radiadores.Secar bien los pies también será fundamental al igual que hidratarlos con cremas específicas, cuidarlos para evitar la aparición de callosidades o durezas o aplicar unos polvos si sudan en exceso.
- Un calzado de calidad con unos calcetines sintéticos
Los mejores zapatos son los de piel. Es recomendable revisar su interior todos los días ya que una pequeña piedra, por ejemplo, puede causar una herida, hay que extremar las precauciones en cuanto al calzado, tomando en cuenta los aspectos más relevantes en cuanto a sus características:
- Escoger un calzado que no oprima ni desajuste y sea ligero.
- La numeración basada en la anchura del antepié.
- La pala debe ser amplia y alta (licra preferentemente).