La palabra ‘moxibustión’ hace referencia al término ‘cauterizar’, es decir “quemar sobre una superficie con un material calentado previamente”. El calor se produce utilizando las propiedades terapéuticas de la raíz de la planta Artemisa, que se prensa en forma de puro o se muele hasta convertirla en polvo para quemarla y que se denomina ‘moxa’.

Esta terapia persigue volver a equilibrar la energía del cuerpo basándose en la teoría de canales. Según este concepto, el cuerpo funciona como un sistema de redes donde fluye la sangre y la energía intercomunicando cada parte del cuerpo, a la vez que las zonas exteriores con las interiores. Debido a múltiples factores, tanto externos (como el frío o el calor) como emocionales, estas energías se desequilibran y se crean excesos o carencias en determinados puntos o zonas. Este desajuste energético se considera el origen de numerosas enfermedades y dolencias. La moxibustión persigue que esa energía vuelva a fluir, armonizando de nuevo la circulación energético-sanguínea. A lo largo de este recorrido existen una serie de puntos, sobre los cuales se aplica el calor, que son utilizados a modo de herramientas de trabajo para restablecer el equilibrio.

La moxibustion se utiliza en muchos casos combinada con la acupuntura, pues ambas técnicas no sólo son complementarias y compatibles, sino que pueden potenciar su efecto sanador. Se suelen utilizar para esta terapia los mismos puntos que en la acupuntura, ya que los dos métodos terapéuticos obedecen a la misma tradición médica y responden a los mismos canales de energía.

La moxibustión se basa en el calor que aplicado sobre el cuerpo activa la circulación de la sangre y oxigena la zona tratada. En general mejora la calidad de vida del paciente y su sensación de bienestar. Se realiza con la planta conocida como artemisa o hierba de San Juan que posee aceites esenciales, taninos, vitamina A, B, C y D, además de potasio, hierro y magnesio.

Esta técnica normalmente es aplicada por terapeutas de medicina china que conocen el método y los puntos en los que tiene que ser aplicada.

Las aplicaciones de la moxibustión son numerosas, entre ellas destacan las siguientes:

  • Dolores articulares como la artrosis o la artritis.
  • Dolencias originadas por el frío, como la rigidez lumbar.
  • Problemas de tipo menstrual e infertilidad.
  • Situaciones de estrés.
  • Regula el sistema digestivo: indicado en la anemia y la pérdida de apetito.
  • Mayor producción de glóbulos blancos y hemoglobina.
  • Mejora de problemas circulatorios.
  • Cansancio y bajo deseo sexual.