Se estima que 8 de cada 100 niños poseen memoria fotográfica. ¿Y entre los adultos?
La memoria fotográfica, también denominada memoria eidética o hipermnesia es muy poco común en adultos peroentre el 2% y 10% de los niños la experimenta a muy temprana edad; sin embargo, esta capacidad tiende a desaparecer tras los seis años de edad, momento en el que los más pequeños aprenden nuevas formas de procesar la información y la memoria fotográfica deja de ser crucial en el aprendizaje.
Esta capacidad de recordar la información con un nivel de detalle extremadamente preciso no es hereditaria y si no se diagnostica a tiempo y, por tanto, no se entrena ni se cultiva, la habilidad acaba diluyéndose para finalmente desaparecer.
Como curiosidad, las personas con memoria fotográfica cuando se esfuerzan en recordar una escena al milímetro, mueven sus ojos como si estuvieran escaneando la imagen o escena que están recuperando de su cerebro directamente desde su perspectiva visual (como si estuviera ahí aún). Como contrapartida, si pronuncian una palabra o frase corta en los segundos de recuperación de recuerdos, la calidad de la imagen eidética se debilita, según explica la revista Scientific American.
Por el momento no existen estudios que aclaren con suficiente evidencia científica que la memoria fotográfica pueda ser entrenada o aprendida. Y, pese a todo, los mecanismos subyacentes a la memoria fotográfica y cómo poder desarrollarla son aún un misterio.