La homeopatía es una forma de acercarme a la patología del paciente, de valorar e interpretar sus estudios clínicos y pruebas complementarias, los signos y los síntomas de su enfermedad, su historia (clínica y personal) y así, usando los ojos de la homeopatía, llegar al tratamiento que considere idóneo para el paciente.

1. El herpes.

Muy pocas personas no han pasado alguna vez un cuadro de herpes, una “calentura” de esas que te salen en la boca o por la cara cuando tienes un resfriado, una gripe, estás cansado o pasando por un momento de mucho estrés emocional. Tus defensas bajan y el virus coloniza produciendo esas lesiones vesiculosas tan molestas y, digámoslo también, tan antiestéticas.

Pues medicamentos como APIS MELLIFICA, RHUS TOXICODENDRUM o MEZEREUM hacen que estas lesiones evolucionen de manera sorprendentemente rápida acortando de forma notable el tiempo de evolución y las molestias. Yo sin duda os digo que es el tratamiento más rápido y eficaz que conozco. Espectacular.

2. La gripe y los resfriados comunes.

Eso de que la gripe y los resfriados se curan en siete días sin tratamiento y en una semana con tratamiento… es cuando no cuentas con la homeopatía. OSCILLOCOCCINUM, ALLIUM CEPA, NUX VOMICA, KALI BICHROMICUM, CORYZALIA… son solo algunos de los medicamentos que uso habitualmente en el tratamiento de estos cuadros y que me permiten no solo mejorar la sintomatología sino acortar el tiempo de evolución, mejorar la convalecencia y evitar complicaciones.

3. Las gastroenteritis agudas.

Estos cuadros, que desde el abordaje convencional solo podemos “observar e hidratar”, tienen un tratamiento muy rápido y eficaz con la homeopatía. Los medicamentos que con más frecuencia suelo emplear son ARSENICUM ALBUM, PODOPHYLLUM y ALOE COMPOSÉ, como os digo, entre otros. Y, como podéis imaginar, es especialmente gratificante contar con estos medicamentos cuando tenemos que tratar estas diarreas en bebés o en mujeres embarazadas.

4. Los moluscos contagiosos.

Estas lesiones tipo verruga que salen con mucha frecuencia a los niños por todo el cuerpo pueden ser un verdadero calvario porque su forma habitual de tratar es bastante agresiva y porque las recurrencias después de estos tratamientos son también bastante frecuentes. Y es maravillosos ver la cara de los padres cuando vuelven a la consulta y te cuentan (y, claro, tú lo ves) cómo las lesiones van desapareciendo sin tener que someter a su hijo a curetajes. Mi experiencia con estos moluscos es extraordinaria usando medicamentos como CINNABARIS, DULCAMARA, THUYA o MEDORRHINUM. Me acuerdo de un caso muy curioso y espectacular que se curó con PLATINA. En homeopatía, no lo olvidemos, siempre hay que intentar individualizar.

5. Los papilomas.

En estas lesiones, también verrucosas, que aparecen en las plantas de los pies, que son tan dolorosas muchas veces y que, como los moluscos, tienen un tratamiento tan molesto y muchas veces tan poco eficaz, yo he tenido magníficos resultados usando medicamentos como THUYA, ANTIMONIUM CRUDUM y NITRICUM ACIDUM. No son los únicos medicamentos que he usado pero sí los que más alegrías nos han dado, a mí y a mis pacientes.

6. Las úlceras varicosas.

Es muy frecuente que en las personas con una insuficiencia venosa severa el trofismo de su piel, como consecuencia de ese mal retorno venoso, se altere tanto que cualquier pequeña lesión que se produzca en ella acabe derivando en úlceras de muy tórpida evolución y muy difíciles de tratar. Medicamentos como CARBO ANIMALIS, CARBO VEGETABILIS, SECALE, ARSENICUM ALBUM, o KALI BICHROMICUM, entre otros, hacen que el pronóstico de estas úlceras cambie totalmente y podamos ver cómo evolucionan hacia la curación.

7. La tos y los catarros.

Hay muchos medicamentos en homeopatía indicados en la tos, según cuáles sean las características de esta. Pero hay uno que yo uso con mucha frecuencia y que, en muchas ocasiones, el mismo paciente te cuenta que ya se lo habían recomendado (un familiar, amigo, el farmacéutico), el STODAL. Es un medicamento de tos de amplio espectro, es decir, que te permite tratar distintos tipos de toses con el mismo medicamento. Lo podemos encontrar en la farmacia en forma de gránulos y de jarabe con lo que te permite elegir la forma farmacéutica más aconsejada según se trate de adultos, ancianos, niños e. incluso, bebés.

8. Los traumatismos.

En muchas ocasiones ante golpes, torceduras, sobrecargas musculares, contracturas…solo tenemos la opción del antiinflamatorio que calma el dolor y la inflamación sin ayudar en el propio proceso de recuperación y con serios problemas de tolerancia por parte del paciente en muchas ocasiones. Aquí medicamentos como ARNICA, RUTA, CUPRUM METALLICUM, SYMPHYTUM, APIS, BRYONIA o LEDUM no solo mejorarán la sintomatología del paciente sino que acortarán y optimizarán el proceso de curación al estimular los procesos reparativos que el organismo pone en marcha en estas circunstancias.

9. Los cólicos del lactante.

Qué malos ratos y qué malas noches se pueden pasar por algo como son los cólicos de los bebés y que poco podemos hacer salvo que contemos con medicamentos homeopáticos como COLOCYNTHIS, NUX VOMICA o LYCOPODIUM. Sencillo, rápido, eficaz y seguro.

10. Los terrores nocturnos.

No es algo que les ocurra a todos los niños, pero cunado las sufren son muy angustiosas, para los padres y para el propio niño, y desde un abordaje convencional poco podemos hacer más que tranquilizar a los padres hasta que se vayan pasando. STRAMONIUM no es el único medicamento que podemos usar en estas situaciones, pero sí que probablemente sea el más frecuente y el más espectacular en sus resultados.

El mejor medicamento es el que el paciente necesita, siempre consulte un homeópata.