• La diabetes y la dieta

Para los diabéticos, una buena nutrición es una medicina. Todo el tiempo deben vigilar sus niveles de glucosa en la sangre, pues los azúcares y almidones que ingieren los afectan. Debido a ello, suelen planear las comidas usando estrategias como contar los carbohidratos (para no ingerir demasiados en cada comida) o “el método del plato” (dividir lo que consumen en proporciones establecidas de cada grupo de alimentos). He aquí otras sugerencias útiles para controlar la diabetes a través de la alimentación:

La fibra —en especial la soluble— es tu aliada, ya sea que padezcas diabetes o te preocupe contraerla. “En casi todas las etapas de la digestión, la fibra reduce la velocidad a la que el organismo convierte los carbohidratos en glucosa”, dice Isabelle Zanella, de Diabetes Biel-Bienne, una organización de apoyo a diabéticos con sede en Biel, Suiza. Esto es útil porque no es deseable que la glucosa afluya repentinamente al torrente sanguíneo; debe hacerlo de manera lenta y constante.

Algunas ricas fuentes de fibra soluble son las legumbres, la avena, los aguacates, los camotes (batatas) y las naranjas. Si no estás habituado a ingerir mucha fibra, aumenta tu consumo poco a poco, y bebe más agua para evitar gases, cólicos y distensión abdominal. Los líquidos son esenciales para los diabéticos, ya que corren mayor riesgo de deshidratarse (cuando los niveles de glucosa en la sangre son altos, los riñones intentan eliminar el excedente a través de la orina). Pero evita los líquidos azucarados, como los refrescos, las bebidas frutales endulzadas, las bebidas energizantes y las isotónicas. Lo ideal es que incluso las personas no diabéticas ingieran estas bebidas con moderación, ya que el consumo regular se ha asociado con un mayor riesgo de contraer diabetes tipo 2.

La diabetes también conlleva un riesgo elevado de padecer apoplejía y cardiopatías. Una medida compensatoria es reducir la ingesta de sodio. Gran parte de la sal de nuestra dieta proviene de alimentos procesados, así que consume productos frescos siempre que puedas; elige productos congelados reducidos en sodio o sin sal, y escurre la salmuera de los productos enlatados.

No necesitas adoptar una dieta especial para diabéticos; planear con sensatez lo que comes debe bastar para que te sientas de maravilla.