El 20% de las parejas tienen dificultad para lograr el embarazo. Y la gran mayoría de las parejas infértiles presenta problemas tanto en el hombre como en la mujer.

Ni la infertilidad ni la esterilidad son enfermedades ni existe una solución mejor que otra. Estos trastornos son únicamente manifestaciones de verdaderas enfermedades o defectos, sin cuyo diagnóstico la posibilidad de embarazo será remota o imposible.

Usualmente los problemas que originan la infertilidad femenina son fáciles de resolver. Afortunadamente rara vez son graves o incurables.

Pese a ello muchísimas mujeres son sometidas infructuosamente a procedimientos extremos, costosos y eventualmente peligrosos.

El problema radica en no detectar oportuna y correcta de las causas de infertilidad

Las causas de infertilidad femenina son múltiples y por tanto no existe un solo tratamiento para curar la infertilidad. El tratamiento depende de la causa.

Las principales causas de infertilidad y esterilidad femenina se originan en:

  • Utero, por malformaciones, adenomiosis, infecciones y tumores
  • Cérvix (cuello) por malformaciones, endometriosis, cirugía, quistes, infecciones y tumores
  • Trompas, por obstrucción originada principalmente por endometriosis, infecciones, malformaciones, ectópicos antiguos y tumores
  • Enfermedad Inflamatoria Pélvica, por infecciones y endometriosis
  • Ovarios, por tumores, quistes y endometriosis
  • Vagina, por alteraciones del moco cervical, alergia, infección, traumatismo, lubricantes, etc.
  • Enfermedad crónica como colagenosis
  • Antecedentes de exposición materna a dietilestilbestrol (DES)
  • Enfermedades de la Tiroides
  • Hiperprolactinemia, causada por tumores hipotalámicos, medicamentos y factores metabólicos
  • Obesidad
  • Pérdida de grasa corporal, especialmente por ejercicio intenso, o dieta severa.
  • Stress físico y/o psicológico, asociado a alteraciones físicas o metabólicas. El stress por si sólo es muy poco probable que cause infertilidad.
  • Anorexia o Bulimia
  • Alcohol y drogadicción
  • Enfermedades hepáticas que afectan el metabolismo de los estrógenos
  • Enfermedad de las suprarrenales
  • Diabetes
  • Tabaquismo
  • Algunas dietas
  • Otros tóxicos
  • Edad avanzada. A medida que aumenta la edad por encima de los 35 años comienzan a reducirse las posibilidades de embarazo. La posibilidad de conseguir el embarazo se reduce con la edad porque los órganos reducen su capacidad de máximo funcionamiento con el tiempo. Los óvulos se crean crecen y mueren al igual que toda materia viva y requieren que el entorno y los espermatozoides estén saludables para lograr el embarazo. Pero esto es muy relativo pues muchas mujeres quedan embarazadas sin problemas después de esta edad.

Muy frecuentemente coexisten varias de las causas anteriores y el encontrar una causa no descarta la presencia simultánea de otras. El tratar un solo problema tampoco resolverá la infertilidad

Los síntomas más comunes que presenta la mujer con problemas de fertilidad son:

  • ciclos irregulares o ausencia de ciclo
  • coágulos con la menstruación
  • cólicos menstruales
  • cambios importantes en el estado de ánimo antes o durante el período
  • dolor de cintura
  • dolor durante la relación sexual
  • flujos
  • hemorragia menstrual abundante o muy larga
  • hemorragias genitales anormales
  • inflamación abdominal baja
  • manchado café al pasar el período
  • menstruación olorosa
  • nauseas, vómito o mareo cuando va a llegar el período
  • Prácticamente toda mujer que tenga problemas de infertilidad tendrá uno o varios de los síntomas anteriores y aunque los exámenes convencionales para infertilidad no demuestren el problema, hasta no solucionar la causa, no se logrará el embarazo. Por ello muchas mujeres con estos síntomas terminan sometidas a procedimientos infructuosos por lo que su posibilidad de curación será cada vez más reducida
  • Las reacciones inflamatorias originadas por infecciones y endometriosis suelen ocasionar obstrucción, adherencias, formación de quistes, etc., con efectos negativos para la fecundidad. Así, el tratar la inflamación mejora las posibilidades de embarazo, siempre y cuando no haya otras causas asociadas.

 

Fuente: Dr Miguel Angel Gomez Lara