Incontinencia urinaria femenina y su realidad actual
La incontinencia urinaria se define como la pérdida involuntaria de orina. Es muy frecuente en mujeres por arriba de los 40 años y se divide en dos tipos: de esfuerzo y urgencia. Es más común conforme se incrementa la edad, sin embargo, nunca es normal y debe ser tratada si deteriora la calidad de vida de quien la padece.
La incontinencia de esfuerzo se refiere a la pérdida de orina durante esfuerzos físicos, como la tos, correr o levantar cosas pesadas. El factor de riesgo más común son los embarazos, y especialmente partos. Se origina por una pérdida del soporte de la uretra (el conducto a través del cual sale la orina). La distensión de los tejidos, provoca un desplazamiento de los ligamentos que la sostienen, y por esta razón se presenta un desplazamiento durante los esfuerzos que provoca la salida de orina.
La incontinencia de urgencia, o vejiga hiperactiva, se refiere a la pérdida involuntaria de orina asociada a un deseo súbito de orinar, provocando fugas antes de llegar al sanitario. Se origina por anormalidades en la función de la vejiga que provocan que ésta se contraiga en momentos inapropiados.
La incontinencia urinaria de esfuerzo puede ocurrir cuando se ejerce presión en la vejiga, por mínima que sea, es decir, al toser, estornudar, reír muy fuerte, hacer ejercicio (incluso caminar rápido) o levantar algún objeto pesado.
Diagnóstico y tratamiento de la incontinencia urinaria
Como ya se expuso, el origen de cada tipo de incontinencia es diferente, por lo tanto, el diagnóstico adecuado es la piedra angular en un tratamiento exitoso, ya que la corrección de un componente no provocará la mejoría en el otro. Una vez que se decide realizar tratamiento invasivo, se recomienda realizar estudios para poder determinar de manera más precisa los mecanismos que originan el problema. Dicho estudio es la urodinamia, que consiste en la medición de presiones dentro de la vía urinaria durante diferentes momentos, lo cual nos permite conocer con precisión la razón por la que se presenta la incontinencia y elegir el tratamiento más adecuado. El paso inicial en el manejo de la incontinencia de esfuerzo es realizar ejercicios de piso pélvico, sin embargo, esto sólo logrará una mejoría significativa en el 30% de los casos. La mayor parte de las pacientes que busquen una cura prolongada y significativa del problema, requerirán cirugía, que consiste en la colocación de una cinta para volver a dar soporte a la uretra. Es importante destacar que la corrección de la “vejiga caída” no mejorará la incontinencia, ya que se trata de dos enfermedades distintas. La probabilidad de éxito cuando se elige el tratamiento adecuado es de 95%. Dicha cirugía se puede hacer ambulatoria, con pronta recuperación y reincorporación a las actividades diarias.
Aproximadamente entre el 9 y el 72% de las mujeres son incontinentes, dicho padecimiento se presenta primordialmente entre los 45 y los 54 años, y entre los 75 y los 84 años
¿Qué hacer con la vejiga hiperactiva?
En el tratamiento de la vejiga hiperactiva, la mayor parte de las pacientes podrán ser manejadas con medicamentos que buscan eliminar estas contracciones anormales de la vejiga. Cuando la respuesta a los medicamentos no es suficiente, o los eventos adversos son muy importantes, se puede optar por el manejo invasivo, que se divide en dos tipos, la aplicación de toxina botulínica, o la colocación de un electrodo estimulador en el nervio que va hacia la vejiga con el implante de una especie de “marcapasos” para la vejiga. Ambos tratamientos son muy eficaces y bien tolerados, y la elección de cada uno dependerá de cada caso. En conclusión, la incontinencia es una enfermedad muy común que deteriora de manera significativa la calidad de vida. Es susceptible de tratamiento con excelentes resultados cuando se tenga un buen diagnóstico, y hoy en día existen diversas opciones que ofrecen tasas de curación muy altas, con bajas probabilidades de complicaciones.
Ejercicios de Kegel contra la incontinencia
La rehabilitación del piso pélvico puede realizarse a través de los ejercicios de Kegel, los cuales deben realizarse a diario y de forma regular, para que de esta manera los músculos se ejerciten y tonifiquen, con el fin de mejorar los síntomas de la incontinencia urinaria.
Se pueden realizar de la siguiente manera:
– Hay que comenzar por vaciar la vejiga
– Se deben contraer sólo los muslos del suelo pélvico
– Para identificar estos músculos, se puede hacer la prueba de interrupción del chorro de orina, que es tratar de detener la salida de la orina. Se realiza cuando la paciente está sentada, se debe inclinar un poco el tronco hacia adelante y separar las piernas. Esto solo se hace una vez para identificar el músculo, el resto de los ejercicios no son durante la micción
– Se deben contraer los músculos, sostener la contracción por 5 segundos y relajar por 5 segundos y repetir 10 veces
– Después se deben hacer 10 ejercicios de contracción y relajación rápida
– Lo ideal es hacer 10 ejercicios similares, 1 vez al día. De esta manera se verán fortalecidos los músculos y se disminuirá la incontinencia en algunos casos.
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