Un golpe de calor o shock térmico es uno de los casos más graves de hipertermia. Es el sobrecalentamiento que sufre el cuerpo debido a las altas temperaturas o un exceso de ejercicio físico. La falta de hidratación hace que diversos órganos dejen de funcionar como lo harían de forma habitual. El golpe de calor se origina a consecuencia de un fracaso agudo de la termorregulación y constituye una urgencia médica extrema porque es a la vez de aparición muy rápida (de 1 a 6 horas) y de evolución fatal (puede ocasionar la muerte en menos de 24 horas si no se trata rápidamente).
cuando se superan los 40ºC de temperatura. Los golpes de calor son más frecuentes al comienzo de una ola de calor, dándose en las primeras 24 o 48 horas. Esto se debe a que el cuerpo aún no ha puesto en marcha los mecanismos de aclimatación, según recoge el informe Golpe de calor. A propósito de un caso estudio, publicado por la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (Semergen).
Los principales grupos de riesgo para sufrir un golpe de calor son los siguientes:
- Los niños y los lactantes.
- Las personas mayores.
- Los enfermos con afecciones crónicas como la diabetes o enfermedad cardiovascular, cerebrovascular, respiratoria, renal o neurológica.
- Personas con sobrepeso u obesidad.
- Convalecientes encamados o enfermos en situación de dependencia.
- Pacientes sometidos a algún tipo de tratamiento, especialmente con anticolinérgicos, antihistamínicos, fenotiazinas, anfetaminas, psicofármacos, diuréticos y betabloqueadores.
- Personas en situación de aislamiento social.
- Trabajadores que realizan tareas intensas, al aire libre o actividades deportivas de nivel.
- Personas con facultades mentales disminuidas o incapaces de adoptar medidas protectoras sin la ayuda de otros.
Causas
El organismo tiende a sudar cuando la temperatura corporal va aumentando para mantenerse fresco. Cuando la temperatura del exterior es muy alta, el cuerpo expulsa el sudor de manera más lenta, lo que provoca que el cuerpo no se refresque lo suficiente si no se han tomado medidas adicionales. Si el cuerpo alcanza un alto grado de deshidratación y temperatura elevada (por encima de los 40ºC), algunos órganos comienzan a funcionar de manera errática, lo que provoca los distintos síntomas.
Si no se toman medidas con urgencia, los síntomas comenzarán a empeorar de manera progresiva, incluso aquellos no relacionados directamente con la temperatura, en el caso de que la persona presente otra patología anterior.
Síntomas
- Sensación de debilidad.
- Dolor de cabeza y mareos, pérdida de conciencia.
- Aceleramiento de los latidos del corazón (palpitaciones).
- Orinar poco.
- Sequedad y enrojecimiento de la piel.
- Anhidrosis (ausencia de sudor).
- Hiperventilación.
Prevención
El Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad ofrece una serie de recomendaciones para combatir el calor y evitar que este provoque un golpe de calor:
- Mantenerse hidratado constantemente bebiendo agua u otros líquidos. Se deben evitar bebidas alcohólicas, café, té o bebidas muy azucaradas.
- Permanecer en lugares frescos o a la sombra.
- En casa, bajar las persianas y cerrar ventanas para evitar que entre el sol, especialmente en las horas de mayor temperatura.
- Comer de forma ligera, como ensaladas, frutas, verduras o zumos.
- No hacer ejercicio al aire libre en las horas de mayor temperatura, generalmente desde las 12 del mediodía hasta las cinco de la tarde.
- En la calle, utilizar ropa ligera y de color claro, que atrae menos el sol, calzado fresco que permita la transpiración y sombreros.
La Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (Aemps) publicaba el pasado 24 de junio la guía Información sobre el buen uso de los medicamentos en caso de ola de calor. Año 2015, un documento publicado por el Ministerio de Sanidad que actualiza las recomendaciones oficiales específicas en relación con los medicamentos en condiciones de calor extremo.
Algunos fármacos pueden agravar el síndrome de agotamiento y deshidratación o de golpe de calor. Los que requieren mayor atención son los siguientes:
- Diuréticos: pueden provocar alteraciones en la hidratación y/o trastornos electrolíticos.
- Antiinflamatorios no esteroideos y algunos antibióticos o antivirales: pueden afectar a la función renal.
- Antiarrítmicos, antiepilépticos y antidiabéticos orales: son medicamentos cuyo perfil farmacocinético puede ser afectado por la deshidratación.
- Neurolépticos y medicamentos con propiedades anticolinérgicas o vasoconstrictores: alterna la termorregulación del cuerpo.