Durante el embarazo, el autocuidado es esencial para que éste se desarrolle correctamente. Vivir el trascurso de la gestación con tranquilidad es uno de los puntos más importantes para que el feto crezca sano, además de llevar una rutina de higiene adecuada y cuidar la alimentación.

Expertos como Patricia Martínez Navarro, matrona en el Hospital Quirón de Zaragoza, recomiendan que las mujeres embarazadas realicen actividades físicas, salvo que estén contraindicadas por alguna razón médica. Los deportes más adecuados son la natación, la gimnasia o el yoga, que fortalecen el suelo pélvico. Se pueden practicar otros aceptados por el médico de forma suave y adaptándolos al embarazo y al periodo en el que se encuentre la mujer.

También es beneficioso salir a dar paseos al aire libre, éste es el deporte más cómodo y accesible. Hacer ejercicio durante el embarazo ayuda a descansar por las noches, mejora la sensación de bienestar de la embarazada y favorece el control del peso de la gestante.

Adiós a los picantes y los productos ricos en grasas

Respecto a los alimentos que deberían excluir las embarazadas, los expertos señalan que deben evitar consumir en exceso huevos, carnes rojas, embutidos, quesos, vinagre, azúcares rápidos, bebidas y comida fría, solanáceas (pimientos, berenjenas, patatas, tomates), espinacas  y acelgas (por su contenido en ácido oxálico), exceso de vegetales crudos, frutas tropicales, higos y ciruelas o comidas con aditivos y conservantes artificiales.

Además, también están prohibidos los picantes, especias, estimulantes como el café o el té y la nicotina.

Mantener una buena hidratación

La cantidad de líquidos que se ingieren a lo largo del día también influye en la aparición de las náuseas. Hay que evitar la deshidratación, para lo cual es bueno tomar bebidas isotónicas y, por supuesto, agua. En cuanto a la cantidad, el experto recomienda dos litros al día a pequeños sorbos y de forma continuada. Siempre a temperatura más bien fría.

¿Cómo puedo quitar las náuseas en el embarazo?

El principal inconveniente de estos síntomas son la incomodidad, los mareos, las molestias digestivas y el malestar general. La buena noticia es que la naturaleza transitoria y benigna de este trastorno puede controlarse evitando alimentos o situaciones que provocan los síntomas, ya que “se supone que los vómitos tendrían la finalidad de evitar la ingesta de sustancias potencialmente abortivas que se encuentran en determinados vegetales, bebidas con cafeína o alcohol, protegiendo por lo tanto al embrión en el primer trimestre”

Durante el parto

Cuando comienza el nacimiento, la mujer siente dolores intensos que se pueden disminuir mediante métodos, tanto farmacológicos, como no. Los no farmacológicos que se adecuan al parto, según el Sistema Nacional de Salud (SNS) son:

  • Inmersión en agua caliente: ayuda en la primera etapa del parto, reduce el dolor  y facilita la relajación de la mujer.
  • Masaje y contacto físico tranquilizador: el responsable debe ser una persona cercana a la embarazada que ella misma elija, esto transmite confianza, reduce el malestar y la ansiedad.
  • Usos de pelotas de parto: facilitan posturas cómodas a las gestantes y favorece que el nacimiento se lleve a cabo con naturalidad.
  • Empleo de técnicas de relajación y respiración: son importantes para hacer más fácil el parto.