Para tener un diagnostico es importante la evaluación de los síntomas por un médico especialista, un hepatólogo este considerará los siguientes aspectos

  • Antecedentes de consumo excesivo de alcohol
  • El médico sospecha que existe una hepatopatía alcohólica en aquellas personas con síntomas de enfermedad hepática y que ingieren una cantidad considerable de alcohol.
  • El médico puede proporcionar a la persona un cuestionario para identificar si el consumo de alcohol supone un problema. También puede pedir a los miembros de la familia que especifiquen la cantidad de alcohol que bebe la persona afectada (véase Detección del abuso de alcohol).
  • No existe una prueba definitiva para el diagnóstico de la hepatopatía alcohólica. Pero si se sospecha, es necesario realizar un análisis de sangre para valorar la funcionalidad del hígado (pruebas de funcionalidad hepática). También se solicita un hemograma completo para verificar si hay un número bajo de plaquetas y anemia.
  • Habitualmente no se realizan pruebas de diagnóstico por la imagen del hígado. Si se realiza una ecografía o una tomografía computarizada por otras razones, se pueden observar signos de hígado graso (esteatosis hepática) o de hipertensión portal, aumento de volumen del bazo o acumulación de líquido en el abdomen.
  • Se puede llevar a cabo una técnica denominada elastrografía hepática para determinar la rigidez del hígado. Un hígado rígido indica fibrosis. Para esta prueba, se practica una ecografía a la vez que se aplica presión o vibración al hígado. La elastrografía a menudo evita la necesidad de realizar una biopsia.

Incluso aunque la exploración y las pruebas complementarias sugieran que existe una hepatopatía alcohólica, generalmente el médico comprueba de forma periódica si coexisten otras enfermedades hepáticas susceptibles de tratamiento, en especial la hepatitis vírica. Pueden coexistir otras causas de patología hepática y, si están presentes, deben ser tratadas.

Cuando el diagnóstico no está claro, o cuando la enfermedad hepática parece tener más de una causa, se puede practicar una biopsia hepática. La biopsia puede confirmar la enfermedad, aportar pruebas de que el alcohol es la causa más probable y determinar el tipo de lesión hepática presente. También puede identificar si existe una acumulación de hierro en el hígado. Dicha acumulación puede indicar hemocromatosis.

Si la persona sufre cirrosis, se deben realizar pruebas complementarias para detectar un posible cáncer de hígado. Estas incluyen ecografía y análisis de sangre para medir los niveles de alfafetoproteína, niveles que se encuentran elevados en cerca de la mitad de las personas con cáncer de hígado.