Una comunicación interventricular (o “CIV”, por sus siglas), a veces conocida como un agujero en el corazón, es un tipo de anomalía cardíaca congénita En una CIV, hay una abertura anómala en la pared que divide las dos principales cavidades cardíacas encargadas de bombear sangre (o ventrículos).

Es la anomalía cardíaca congénita más frecuente, y en la mayoría de los casos se diagnostica y se trata con buenos resultados y muy pocas complicaciones o ninguna en absoluto.

¿Qué ocurre en una comunicación interventricular?

Los ventrículos izquierdo y derecho del corazón están separados por una pared, llamada tabique o septo ventricular. Los niños con una CIV tienen un agujerito o en ese tabique. Por lo tanto:

  • cuando late su corazón, parte de la sangre del ventrículo izquierdo (que ha sido enriquecida con el oxígeno procedente de los pulmones) fluye hacia el ventrículo derecho a través del agujero del tabique.
  • En este ventrículo, esta sangre rica en oxígeno se mezcla con sangre pobre en oxígeno y regresa a los pulmones.

La sangre que fluye a través del agujero genera un ruido adicional, conocido como soplo cardíaco. El soplo cardíaco se puede oír cuando el médico cardiólogo pediatra escucha el corazón a través de un estetoscopio.

Las comunicaciones interventriculares ocurren durante el desarrollo fetal del corazón y están presentes desde el nacimiento. El corazón se desarrolla a partir de un tubo grande, que se divide en partes que se acabarán convirtiendo en cavidades y tabiques cardíacos. Si ocurre algún problema durante este proceso, se puede formar un agujero en el tabique interventricular.

En algunos casos, la tendencia a desarrollar una CIV se puede deber a que el bebé padece un síndrome genético asociado a un exceso o una falta de material cromosómico. De todos modos, la gran mayoría de CIV no tienen una causa clara.

Las CIV se suelen detectar durante las primeras semanas de vida en una revisión de control rutinaria. El médico cardiólogo pediatra oirá un soplo cardíaco cuando la sangre circule entre los ventrículos derecho e izquierdo. Un soplo provocado por una CIV tiene ciertos rasgos que permiten que el médico sepa que no se debe a otras causas.

Si su hijo tiene un soplo cardíaco, es posible que su médico lo remita a un cardiólogo pediátra, un pediatra especializado en diagnosticar y tratar las afecciones del corazón en los niños.

El cardiólogo pediatra le hará una exploración física a su hijo y les formulará preguntas para elaborar sus antecedentes médicos. Si sospecha que su hijo podría tener una CIV, es posible que solicite una o varias de las siguientes pruebas:

  • una radiografía del tórax (o pecho): una imagen del corazón y de los órganos circundantes
  • un electrocardiograma (ECG): un registro de la actividad eléctrica del corazón. Esta suele ser la principal herramienta utilizada para diagnosticar una comunicación interventricular.
  • un cateterismo cardíaco: este procedimiento proporciona información sobre las estructuras cardíacas, así como sobre la tensión arterial y sobre las concentraciones de oxígeno en sangre dentro de las cavidades cardíacas. Esta prueba se suele practicar en las CIV solo cuando se necesita información que no pueden facilitar otras pruebas. (A veces también se utiliza para cerrar algunos tipos de CIV.)