Los profesionales conocidos como patólogos del habla-lenguaje o foniatras tienen un papel clave en el diagnóstico y tratamiento de la apraxia del habla. Ya que no hay un solo síntoma o prueba que pueda usarse para diagnosticar la apraxia del habla, la persona que realiza el diagnóstico generalmente busca la presencia de varios síntomas, incluyendo los que se mencionaron anteriormente. Eliminar la posibilidad de que existan otros problemas médicos, como la debilidad muscular o problemas para producir el lenguaje (como la afasia), puede ayudar con el proceso diagnóstico.

En los exámenes formales para detectar la apraxia adquirida del habla y la infantil, el patólogo del habla-lenguaje puede pedir que el paciente haga tareas en las que tiene que hablar, como repetir una palabra en particular varias veces o repetir una lista de palabras cada vez más largas (por ejemplo, cariño, cariñoso, cariñosamente). En el caso de la apraxia adquirida del habla, el patólogo del habla-lenguaje también puede examinar la capacidad del paciente para conversar, leer, escribir y hacer movimientos en los que no tiene que hablar. Para diagnosticar la apraxia del habla infantil, los padres y los profesionales pueden necesitar observar el habla del niño a lo largo de un periodo de tiempo.