Cómo cuidar la voz                                          

Querer hablar y no poder hacerlo porque la voz está distorsionada o simplemente no sale de la garganta es una situación que dificulta, si no impide, el normal desarrollo de nuestra vida cotidiana.

 

Hay algunas cosas que podemos hacer y otras que debemos evitar para mantener en buen estado de funcionamiento la principal herramienta que utilizamos a diario para hacernos entender. Ahí reside su importancia, como nos explica un experto en su cuidado, el Dr. José Manuel Roqués Calamita, médico foniatra del Centro de Foniatría y Logopedia de Cádiz: «Ante todo debemos tomar conciencia de que la voz es una cualidad humana que forma parte esencial de un proceso más amplio que es la comunicación. Sin embargo, la mayoría de las personas no son conscientes de que la voz es un bien perecedero, que puede dañarse y que podríamos llegar a perder. Por tanto, hay que cuidarla, y un primer objetivo que me planteo siempre con mis pacientes es la toma de conciencia de la voz. Cuando la voz es normal y funciona, habitualmente no pensamos en ella, pero hay que hacerlo, porque así aprendemos a cuidarla».

Para las personas sanas, que no tienen una enfermedad de base que perjudique al aparato fonador, el mantenimiento de una buena higiene vocal debe formar parte de sus hábitos diarios y de las normas generales de higiene y prevención, ya que un buen estado de salud general ayuda a que la voz también esté en buenas condiciones.

Una hidratación suficiente con agua, unos 2 L diarios, mantendrá el organismo bien hidratado y, en consecuencia, también los elementos que componen el sistema fonador: mucosas, cuerdas vocales y otros tejidos. A esto se añade la práctica de ejercicio físico y una correcta alimentación, siguiendo el patrón de la dieta mediterránea, como recuerda el Dr. Roqués. También es importante descansar y dormir lo suficiente, porque la máquina que produce la voz necesita la pausa reparadora del sueño.

Esas medidas básicas tienen que ir acompañadas por una vigilancia de los factores que representan un riesgo para la voz, como los catarros, las alergias o el reflujo gastroesofágico, entre los más comunes. En opinión de este especialista, «hay una alta tolerancia a la acidez, quizá porque tenemos a mano remedios eficaces y enseguida nos tomamos la pastilla. Pero el reflujo ácido procedente del estómago causa daño no sólo en el esófago, sino también en la faringe. Muchas faringitis crónicas están producidas por el reflujo; incluso hay lesiones específicas que afectan a la voz, como los granulomas o las úlceras. Es un tema muy desconocido en general pero importante, y de ahí la recomendación de seguir una dieta equilibrada y unos horarios de comida razonables, así como adoptar medidas posturales, como evitar la posición horizontal justo después de comer, sobre todo guardando al menos 1,5-2 horas de digestión antes de ir a dormir».

Uso profesional
En determinadas profesiones, la voz es imprescindible para su desempeño, y no es necesario ser una figura de la ópera. Se estima que un 60% del profesorado ha tenido alguna vez problemas de voz en el desempeño de su función, a razón de 5 horas diarias, al menos, y un 20% tiene problemas crónicos. También abogados, médicos, periodistas, políticos, vendedores y quienes tienen contacto con el público se ven obligados a un uso más intenso de la voz. El uso profesional de la voz requiere conocer más a fondo cómo se produce y cómo cuidarla, una formación e incluso un entrenamiento que es habitual en cantantes o actores. Pero difícilmente puede trabajar sin voz un comercial, un teleoperador o el dependiente de una tienda de ropa.

Los episodios de contaminación ambiental, que cada vez son más frecuentes e intensos y no sólo afectan a las grandes urbes, sino que se extienden por amplias zonas, constituyen un riesgo para la voz. Nos perjudican porque, como explica el Dr. Roqués, «la contaminación afecta a las vías respiratorias, con todos los problemas que puede acarrear de asma, alergias o insuficiencia respiratoria en general. La contaminación produce sequedad y tiene irritantes que actúan sobre el epitelio mucoso, que incluye la laringe, la faringe, las cuerdas vocales, la tráquea o los pulmones, de modo que su relación con los problemas de la voz es directa».

La intensidad de la voz es otro factor de riesgo que cabe tener en cuenta, en particular para las personas que suelen hablar con un volumen muy alto o tienden al grito. Deberían abandonar este hábito, ya que representa un sobreesfuerzo crónico, en muchas ocasiones innecesario. Para ello, es recomendable usar instrumentos de apoyo, como micrófonos (profesor en un aula grande, guía de un grupo turista…) o megáfonos (comunicación en obra) para sobreponerse a situaciones de competición con el ruido ambiente elevado.

La tos y el carraspeo frecuentes provocan un fuerte cierre y el roce de las cuerdas vocales, una contra la otra, tras el golpe de aire. No pasa nada cuando la tos y el carraspeo son suaves y ocasionales, pero cuando ocurre constantemente hay que buscar la causa. Si es por un catarro u otro motivo conocido, sabemos que cuando éste ceda volveremos a la normalidad, pero si no es así hay que averiguar la causa y tratarla para evitar ese choque continuado de las cuerdas vocales. Muchas veces podemos evitar ese carraspeo secundario a la sensación de cuerpo extraño en la faringe mejorando la lubricación con líquidos o caramelos de mentol, miel o limón.

El control postural y de los movimientos corporales también influyen sobre la voz. Como especialista en foniatría, el Dr. Roqués aconseja no sólo mantener una posición erguida que favorezca la emisión de voz, sino realizar también pausas, aunque sean cortos silencios, que pueden servir para beber agua y reordenar el trabajo antes de seguir adelante.

Diferencias
Los niños tienden a hacer un uso intensivo de la voz, descubren su potencia para llamar la atención y exploran los cambios que se producen con la adolescencia. Sin embargo, como explica el Dr. Roqués, «el organismo está diseñado para resistir esa etapa. El ligamento vocal, una de las piezas de las cuerdas vocales sobre las que descansa el músculo vocal y la mucosa laríngea, aún no está plenamente desarrollado y eso hace que las cuerdas vocales sean muy elásticas y resistentes. Los niños gritan y lo van a seguir haciendo, pero lo que no es normal es que un niño esté habitualmente ronco. En la mayoría de las ocasiones, cuando un niño está ronco, lo está casi desde que es un bebé o desde que empieza a hablar y la causa suele ser una malformación congénita, por lo que en este caso aconsejo consultar con un especialista».

Aclara el Dr. Roqués que las mujeres son más proclives a padecer una disfonía porque la vibración de sus cuerdas vocales es mayor: en el hombre éstas vibran unas 150 veces por segundo, mientras que en la mujer lo hacen unas 250 veces por segundo. Por otro lado, las voces de los niños y las niñas son iguales, las diferencias se producen cuando entran en juego las hormonas en la adolescencia, ya que normalmente la voz de la niña desciende de tono media octava mientras que el tono del niño baja una octava completa.

En la edad madura, tras la menopausia y la andropausia, la voz pierde brillo y potencia, de modo que el tono de la voz de la mujer y del hombre comienza nuevamente a parecerse más, como en un regreso a la infancia en la etapa final de la vida.

Finalmente, el Dr. Roqués recuerda que si una disfonía o ronquera dura más de 8 o 10 días sin una causa evidente, como un catarro, hay que consultar con un médico especialista para poder hacer un diagnóstico y un tratamiento precoces, sobre todo si existen en los pacientes factores de riesgo asociados, como enfermedades previas y tabaquismo, o asocian dificultades para tragar y/o respirar con normalidad.

 

Al final la recomendación es visitar a su OTORRINOLARINGOLOGO o en su defecto visitar nuestro sitio web https://medicosenmerida.mx/medicos-en-merida/otorrinolaringologos/ para encontrar el especialista que mejor se adapte a sus necesidades.