Según diversos estudios, la luz tiene mucho que ver con nuestro estado de ánimo. ¿Crees que no? ¿No es cierto que primavera y verano estamos más animados y de mejor humor?
Nuestro estado de ánimo afectado por la luz
En lo que se refiere a la luz solar y las estaciones del año, existen investigaciones que demuestran la influencia de los cambios estacionales en nuestra psique. Durante los meses de otoño e invierno perdemos energía, interés en la vida social y dormimos más.
Aquellos que se ven más afectados y experimentan cambios profundos en su humor durante estos periodos podrían estar sufriendo del trastorno afectivo estacional (TAE). Entre los síntomas se destacan irritabilidad, cansancio, tristeza o sentimientos de vacío y pesimismo, cambios de peso, pensamientos de muerte, suicidios o desinterés por las actividades que se practican.
Lo curioso de esta afección es que influye tanto en las personas que viven rodeadas por la naturaleza como a los que viven en una gran ciudad, más aún en estas últimas dado que nuestro estilo de vida nos hace más vulnerables a las depresiones. Para aprovechar al máximo los beneficios de esta luminosidad, puede ser interesante cambiar ventanas en aras de ganar mayor esplendor en el interior de nuestra estancia.
Otro punto a destacar es que, generalmente, asociamos nuestra tristeza a los dramas cotidianos del día a día: una mala jornada en el trabajo, una discusión con la pareja, un problema familiar, etc. Pero nunca pensamos en que nos puede faltar luz. ¿O es que hemos escuchado a alguien decirnos que está con un mal día porque no sale el sol? Hasta el sexo depende de las horas de luz. En verano las hormonas tienen un aumento en sus picos, lo que nos hace estar más dispuestos a mantener relaciones.
En cuanto a la luz de las pantallas, ya son muchos los que aseguran que altera nuestro ritmo de sueño. Aún parece difícil comprender porqué, pero poco a poco se están abriendo nuevas líneas de investigación para responder a preguntas como cuál es el tipo de luz que nos afecta más o cómo lo hace.
En lo que ya coinciden los investigadores es que tenemos que acostumbrarnos a apagar los móviles y ordenadores dos horas antes de acostarnos. La luz de estos aparatos envía una señal equivocada a nuestro organismo, que entiende que aún no es el momento de acostarnos. Pero, ¿qué pasa si tengo que trabajar hasta tarde? Pues ya tenemos una solución para esto. Se trata de emplear filtros de luz naranjas, los cuales absorberán parte de la luz azul que producen los aparatos. A la hora de acostarnos tenemos que procurar dormir en la más absoluta oscuridad y, de encender alguna luz, que sea roja o de algún color cálido.
La luz nunca ha sido un asunto que preocupara demasiado, pero es importante empezar a darnos cuenta de que influye directamente en nuestras vidas y que con tomar un par de hábitos y ser conscientes de en qué nos afecta, estaremos cuidado de nuestra vitalidad y nuestra salud sentimental y psíquica.