Puede causar las siguientes complicaciones graves:

Ascitis: acumulación de líquido en el abdomen, causando hinchazón.

Encefalopatía hepática (portosistémica): la funcionalidad cerebral se puede deteriorar debido a que el hígado dañado no es capaz de eliminar los residuos tóxicos de la sangre. La persona puede estar adormecida y confundida.

Hipertensión portal: la vena que transporta la sangre desde el intestino al hígado puede estrecharse o bloquearse, lo que aumenta la presión de la sangre en su interior. La hipertensión portal causa o contribuye a la ascitis, a las hemorragias digestivas, al aumento del volumen del bazo (esplenomegalia) y, a veces, a la encefalopatía portosistémica.

Hemorragias digestivas: las venas del esófago y el estómago se dilatan y pueden sangrar debido a la hipertensión portal. Pueden aparecer vómitos con sangre, diarreas sanguinolentas o heces de color oscuro y alquitranadas.

Insuficiencia hepática: el hígado cada vez es menos capaz de desempeñar su cometido, lo que da lugar a muchas complicaciones y, con frecuencia, a un mal estado de salud general. La insuficiencia hepática, por último, puede conducir a una insuficiencia renal.

Coagulopatía: la persona tiende a sangrar o presentar hematomas con facilidad debido a que el hígado lesionado no sintetiza de manera suficiente las sustancias necesarias para la coagulación de la sangre (factores de la coagulación). Además, el alcohol puede reducir el número o la actividad de las plaquetas, que también intervienen en la coagulación de la sangre. La hipertensión portal ocasiona un aumento del tamaño del bazo, lo que también disminuye el número de plaquetas.

Esplenomegalia: la hipertensión portal hace que el bazo aumente de volumen (una patología denominada esplenomegalia). El bazo agrandado atrapa y destruye más glóbulos blancos (leucocitos) y plaquetas (trombocitos) de lo normal. Como resultado, aumenta el riesgo de infecciones y hemorragia.

Factores de riesgo

Es más frecuente que se desarrolle una hepatopatía alcohólica en personas

  • Que consumen grandes cantidades de alcohol
  • Que han estado bebiendo durante mucho tiempo (por lo general, más de 8 años)
  • Son mujeres
  • Tienen una composición genética que los hace susceptibles a la enfermedad hepática alcohólica
  • Son obesos
  • Consumo de alcohol