El botox es un medicamento que contiene toxina botulínica tipo A, sustancia utilizada para el rejuvenecimiento facial. Se obtiene de manera biosintética y se aplica en los músculos que causan las arrugas o líneas de expresión muy marcadas, relajándolos y manteniendo la expresión natural del paciente.
1. Ponte en buenas manos- Asegúrate que el doctor o doctora que te administra el botox sea doctor. Hay muchos impostores que hoy en día ofrecen botox sin estar diplomados y esta toxina, si no se administra con cautela y conocimiento, puede ser letal o causar parálisis.
2. Toxina de la buena- No importa la confianza que tengas en el médico que te administra el botox, siempre pide ver el frasco del cual te van a inyectar. Hay otros productos que son copias del botox y pueden ser dañinos. El pequeño frasquito de vidrio, por pequeño que sea, cuando es real siempre dice “Botox”.
3. Dosifica- Un botox bien hecho no se nota. Si el doctor es bueno, tus amistades te notarán más descansada y te preguntarán qué crema usas. Si el botox está mal administrado tus cejas experimentarán una elevada poco natural y muy obvia.
4. Crear buen hábito- Se recomienda dejar pasar de cuatro a seis meses entre inyecciones y no solo porque se puede ver poco natural sino porque el cuerpo crea anticuerpos contra el botox y cuanto menos tiempo pasa menos efecto genera.
5. Se precoz- La edad ideal para empezar a usar botox es después de los 25 años, no a los cuarenta como pensamos la mayoría de los pacientes. Cuando aun no se tienen arrugas el botox sirve como medida preventiva y las arrugas tardan mas en salir porque el rostro se mueve menos.