El asma es una enfermedad cada vez más frecuente entre los niños y los jóvenes. Se calcula que la padece el 10 por ciento de la población mundial y en muchos casos la enfermedad aparece como respuesta a determinados estímulos como el polen, los ácaros de polvo o ciertas partículas de la piel del perro y del gato.

Esta enfermedad es la respuesta a determinados estímulos que producen alergia. Se caracteriza por la aparición de episodios de dificultad respiratoria, generalmente asociados a otros síntomas como tos, pitidos al respirar y sensación de ahogo. Los síntomas varían según la edad.

De esta manera, en los niños prevalece principalmente la tos, en especial durante la noche,mientras que en los adultos los tres principales síntomas son rigidez en el pecho, silbidos y fatiga en la noche.

Causas

Entre las principales causas del asma destacan los pólenes, según los climas y tipos de plantas, los alimentos, como la leche, los huevos y el pescado, algunos hongos resultado de la liberación de sus esporas

Síntomas

Durante las crisis asmáticas la mucosa bronquial que recubre los conductos respiratorios se inflama y se produce un moco espeso que obstruye los conductos de las vías aéreas. Como consecuencia, los músculos que rodean estos conductos se contraen y estrechan disminuyendo su diámetro, impiden el paso del aire y complican la respiración.

Las características básicas de la enfermedad son aumento de la sensibilidad bronquial y la obstrucción; incremento de las secreciones y la contracción de la musculatura bronquial; contracción de los bronquios y estrechamiento de la vía aérea.

La obstrucción bronquial es variable y reversible de manera espontánea o con tratamiento. Durante las crisis el aire circula con dificultad produciendo pitidos y sensación de fatiga o ahogo. En el momento en el que la crisis se resuelve el aire puede moverse normalmente por los bronquios y desaparecen los síntomas.

Diagnóstico

A través de la historia clínica es posible descubrir los síntomas descritos. Es importante en esta parte indagar las características de las crisis, forma de presentación, intervalo entre las crisis, desencadentes, periodo estacional, evolución de la enfermedad. Desde el punto de vista funcional se realiza una prueba de función respiratoria (espirometría), así como un diagnóstico etiológico, dirigido a buscar la causa que desencadena los síntomas.

Tratamiento

El tratamiento del asma debe cubrir varios frentes: La inflamación de la mucosa bronquial, el broncoespasmo y las alergias. Existen diversos medicamentos que tienen efecto antiinflamatorio en la mucosa bronquial, pero los más potentes y eficaces son los corticoides (cortisona) inhalados. Por vía inhalatoria las dosis de corticoides empleadas son muy bajas y producen un efecto tópico sin los efectos secundarios de la administración por vía oral, endovenosa o intramuscular.

Pero para el tratamiento inmediato del broncoespasmo se utilizan broncodilatadores que normalmente se administran por vía inhalatoria. Existen dos tipos fundamentales según la duración de su acción: los broncodilatadores de acción prolongada se toman por la mañana y por la noche todos los días, se tengan o no síntomas, mientras que los de acción corta se suelen reservar para tomar en caso de necesidad (sensación de ahogo, tos, etc).

En pacientes en los que se demuestra un componente alérgico, el tratamiento con antihistamínicos puede ser beneficioso. Por otro lado, con ciertas alergias existen tratamientos inmunológicos eficaces (vacunas) que pueden ayudar notablemente en el control del asma. No obstante, lo más eficaz en el tratamiento de las alergias es evitar o reducir en lo posible la exposición a alergenos.