Existen varios medicamentos que ayudan a que las visitas al dentista sean más relajadas y cómodas. Algunos medicamentos controlan el dolor, otros ayudan a relajarse y otros provocan un sueño profundo durante el tratamiento dental. Usted y el dentista podrán hablar sobre los factores que se deben tener en cuenta al decidir qué medicamento usar durante el tratamiento. El tipo de procedimiento, su salud general, su historial de alergias y su grado de ansiedad se tienen en cuenta para determinar cuál es el mejor enfoque para su caso concreto.

La anestesia local es un tipo de anestésico utilizado para evitar el dolor en una zona específica de la boca durante el tratamiento, ya que bloquea los nervios que sienten o transmiten el dolor, lo cual entumece los tejidos de la boca. El dentista podrá aplicar un anestésico tópico para entumecer la zona como preparación antes de inyectar un anestésico local. Los anestésicos tópicos también pueden utilizarse para calmar las dolorosas úlceras de la boca. Los anestésicos inyectables podrán utilizarse en procedimientos como los empastes, la preparación de los dientes para las coronas o el tratamiento de la enfermedad de las encías.

Dependiendo del procedimiento, podría necesitar un calmante para el dolor tras el tratamiento. Los analgésicos se utilizan para aliviar el dolor y se pueden dividir en dos grupos: no narcóticos y narcóticos. Los no narcóticos son los más utilizados para aliviar el dolor de dientes o el dolor posterior a un tratamiento dental. Entre ellos se encuentran la aspirina, el acetaminofén y los antiinflamatorios no esteroideos, como el ibuprofeno. Los analgésicos narcóticos, como los opiáceos, actúan sobre el sistema nervioso central para aliviar el dolor. Se utilizan en casos de dolores más agudos.

En algunas visitas, el dentista podrá usar un sedante, que puede inducir una sedación moderada. Los sedantes se pueden administrar antes o durante los procedimientos dentales. Entre los métodos de sedación se encuentran la inhalación (utilizando óxido nitroso), la ingestión (tomando una pastilla) y la inyección intravenosa. Los tratamientos más complejos podrán requerir fármacos que induzcan una sedación profunda, la cual reduce la consciencia a fin de aliviar tanto el dolor como la ansiedad. En ocasiones, se podría utilizar anestesia general, en la que los fármacos provocan una pérdida de conciencia temporal.

Los dentistas utilizan las técnicas para controlar el dolor y la ansiedad antes mencionadas para tratar a millones de pacientes con total seguridad cada año. Aun así, cualquier medicamento conlleva un cierto riesgo. Por eso la ADA le insta a desempeñar una función activa en el cuidado de su salud bucal. Esto significa comprender los riesgos y beneficios de un tratamiento dental, para que usted y el dentista puedan tomar las mejores decisiones en cuanto al tratamiento que más le conviene. Trabajando juntos, usted y el dentista pueden elegir las medidas adecuadas para hacer que su visita sea lo más cómoda y segura posible, y para ayudarle a mantener una sonrisa saludable.