La carrera contra la menopausia obliga a investigar nuevos métodos para  retrasar el momento en el que “los ciclos menstruales desaparecen”, como la describe la Clínica Mayo; y hace poco, un grupo de investigadores de Reino Unido ofrecía nuevas expectativas en un estudio del que han hablado numerosos medios internacionales, y en el que se logro ver que la alimentación puede ser un factor a tomar en cuenta. Una dieta abundante en legumbres frescas como los chicharos verdes y pescados grasos retrasaría la llegada de la menopausia, mientras comer arroz y pasta refinados (que no son integrales) podría adelantarla, argumenta.

¿Es así de sencillo? “La dieta no puede hacer crecer la cantidad de óvulos que tiene una mujer, porque esa cantidad está marcada desde que somos embriones”, comentó Elena Pérez Muñuzuri y Alicia Berdeal, del Instituto Galego de Ginecología del Hospital HM Rosaleda de Santiago de Compostela. “Pero sí puede propiciar, por ejemplo, que se pierdan menos ovocitos durante la menstruación”.

Los factores externos que afectan al funcionamiento de los óvulos son múltiples y “la dieta no puede cambiar, por ejemplo, el hecho de que se haya consumido tabaco, alcohol o drogas, ni tampoco el paso de los años“, añaden. “Precisamente, el paso de los años es el  factor con más importancia, porque desestabiliza el ADN del óvulo y produce riesgos en el embrión futuro”.

¿Que cantidad de  hortalizas y pescado habría que ingerir?

Para retardar un año la menopausia natural bastaría con comer legumbres frescas  tres veces a la semana; unas seis raciones de pescado azul para hacerlo tres años.

Después de realizar ajustes estadísticos en base a su índice de masa corporal, factores socioeconómicos, tabaquismo, consumo de alcohol y otras variables, aislaron una información que puede resultar relevante para futuras investigaciones: las participantes que incrementaban en 71 gramos diarios su consumo de legumbres frescas como guisantes verdes, legumbres  y hortalizas, lograron retrasar la menopausia en torno a un año, y tres cuando se consumían 85 gramos más de pescados grasos.

No es que la menopausia natural se vaya a retrasar ad eternum por cada 70 gramos que se añadan de guisantes. Iva Marques, dietista-nutricionista de la Academia Española de Nutrición y Dietética, explica la forma correcta de interpretar los resultados: “En el caso de las legumbres frescas, si la persona ya toma 70 gramos diarios no tiene que añadir más. Esas cantidades de ingesta se obtienen de dividir el consumo total de la semana entre los días de la semana. Esto quiere decir que los beneficios que observa el estudio  se obtendrían con 490 gramos semanales; lo que en porciones habituales equivale a comer tres veces a la semana este tipo de alimentos“.

Otros estudios relacionan el vegetarianismo con una menopausia natural más temprana.

Sin embargo, la relación no está clara. La autora cita en su estudio investigaciones anteriores con resultados contradictorios. Una investigación publicada en la American Journal of Epidemiology concluía que el vegetarianismo estaba relacionado con una menopausia natural más temprana.

La dieta vegetariana, es rica en fibras y sin grasas animales, encontró un estudio publicado en The American Journal of Clinical Nutrition, “puede afectar a los niveles de la hormona luteinizante, la encargada de estimular los folículos y de controlar la duración del ciclo menstrual”. Y otras investigaciones han encontrado que “una dieta con alto contenido en fibra y baja en grasas esta relacionada con niveles bajos de estrógenos, lo que también explica que se adelante la edad natural de la menopausia entre personas vegetarianas”

La razón por la cual es de importancia este estudio, es que busca una relación entre la dieta y la edad en la que las mujeres tienen la menopausia. Pero añade que “se trata de un estudio observacional”. La causa-efecto se observa estadísticamente, no en laboratorio; algo inevitable —junto con las pruebas en animales— cuando se analizan factores de riesgo de enfermedades que afectan gravemente a la salud de las personas. “Hacen falta más estudios”, añade.

Fuente: El País