Muchas personas sufren problemas digestivos con frecuencia, como gases, flatulencias, acidez, reflujo o indigestión. No obstante, si estos síntomas se sufren de manera continuada deberíamos acudir al médico. Es importante para descartar una enfermedad digestiva, como podría ser la gastritis erosiva.
La gastritis erosiva es un trastorno digestivo que afecta al revestimiento interno del estómago. Este sufre una inflamación y posterior erosión o desgaste.
Este revestimiento cumple un papel fundamental de protección del estómago ante la elevada acidez de los jugos gástricos. Cuando el revestimiento se va dañado, empiezan a aparecer los síntomas.
Los síntomas más habituales en las personas que sufren gastritis erosiva:
- Distensión abdominal.
- Eructos y flatulencias.
- Indigestión.
- Acidez.
- Cambios en las heces.
- Pérdida de peso.
- Pérdida de apetito.
Los síntomas menos frecuentes son los siguientes:
- Sangrado estomacal que queda en evidencia en los vómitos o en las heces.
- Dolores al comer o al beber.
Para determinar las posibles causas de la gastritis erosiva debemos diferenciar la aguda de la crónica. En primer lugar, detallamos las causas de la gastritis erosiva aguda:
- Infección, por ejemplo, de la bacteria E. coli.
- Consumo abusivo de esteroides en poco tiempo.
- Estrés y ansiedad.
Estas son las causas de la gastritis erosiva crónica:
- Cólicos frecuentes y sin tratar.
- Intolerancias alimentarias sin diagnosticar, por ejemplo, a la lactosa o al gluten.
- Hiperacidez gástrica persistente.
- Estrés
- Enfermedades autoinmunes, como la enfermedad de Crohn.
Fuente: Mejor con salud