Conclusiones tras el Congreso de Retina, organizado por el IMO y la ESASO, apuntan hacia terapias génicas y estimulación eléctrica de retina en ciegos
Esta es una de las principales conclusiones de la reunión, organizada por el Instituto de Microcirugía Ocular de Barcelona (IMO) y la European School for Advanced Studies in Ophtalmology (ESASO), en la que los expertos han recordado que las enfermedades oculares más graves son las que se originan en la retina. Entre estas, las de mayor incidencia son las degenerativas, destacando la DMAE (Degeneración Macular Asociada a la Edad); las asociadas a la miopía alta; las de origen vascular, principalmente retinopatía diabética; y las asociadas a problemas biomecánicos, como el desprendimiento de retinao tracciones vítreo-maculares.
La tecnología más avanzada
Durante el Congreso, los oftalmólogos han podido asistir en directo a diez operaciones, que “han puesto de manifiesto los grandes avances que se han producido en los últimos años en la cirugía de la retina, con el perfeccionamiento de las técnicas y la introducción de instrumentos de menor tamaño”, según el Dr. Carlos Mateo, especialista en retina del IMO. “Todo ello ha dado como resultado una cirugía de mínima incisión que permite mejorar los resultados visuales y una recuperación más rápida de los pacientes“, ha explicado.
Los expertos también han analizado las complicaciones de algunas técnicas, como la fotocoagulación con láser o la vitrectomía (actual cirugía de retina de referencia), la disminución de la visión nocturna o de la sensibilidad al contraste, en el caso del láser, o la aparición de cataratas o glaucoma asociadas a la vitrectomía. En este sentido, el Dr. Stanley Chang, padre de la vitrectomía moderna, ha destacado la necesidad de realizar un seguimiento anual a los pacientes operados con este procedimiento.
¿Los fármacos o la cirugía?
Entre los tratamientos alternativos a la cirugía, destacan los fármacos de inyección intraocular, que “constituirán el gran salto en el tratamiento de las enfermedades de la retina en la próxima década“, en especial los llamados “de liberación lenta“, cápsulas que una vez en el interior del ojo van liberando el fármaco durante varias semanas o meses.
Precisamente, este mes se ha aprobado uno de estos fármacos para el tratamiento del edema macular, basado en un implante inyectable y biodegradable de corticosteroide de acción prolongada (dexametasona) para el edema macular en pacientes con oclusión venosa de la retina (OVR), la segunda causa más frecuente de enfermedad vascular de la retina, después de la retinopatía diabética, y es una causa de pérdida de visión importante y frecuente.
Otro de los nuevos tratamientos a debate ha sido la microplasmina, un fármaco para despegar las uniones anómalas de la retina y la membrana, que, según los expertos, podrá evitar la cirugía en las maculopatías traccionales.
Según el coordinador del Congreso, “los tratamientos farmacológicos han hecho posible que en los últimos cinco años el número de cirugías de retina se haya reducido en un 50%“. Los especialistas prevén que este porcentaje descienda aún más en los próximos años, gracias a la introducción de nuevas terapias génicas, “muy avanzadas ya en algunas enfermedades, como la enfermedad de Stargardt“. Es la más común de las enfermedades degenerativas de la retina que se presenta en edad juvenil, provocando la degeneración de los fotorreceptores en la retina y la pérdida de visión, según ha expuesto el Dr. Stanley Chang.
El futuro ya está aquí
Otra de las enfermedades en la que los estudios genéticos están más avanzados es la retinopatía diabética. El Dr. José García-Arumí, especialista en retina del IMO, ha anunciado que él y su equipo de investigadores están trabajando, in vitro y en animales, en la inducción de moléculas protectoras en casos de retinopatía diabética.
Según ha explicado, “estamos trabajando en la inducción de la producción de estas moléculas por parte de las células retinianas utilizando vectores no virales que cambien el código genético de estas células“. Según García-Arumí, lo que se pretende con esta línea de trabajo es “solucionar el desequilibrio de los sistemas protectores de la retina que fabrican los genes, introduciendo nanopartículas que cambien el código genético de estas células, de modo que aumenten los factores protectores y se restablezca el equilibrio“.
Paralelamente, varios especialistas en distintos países del mundo están trabajando en el desarrollo del microchip o estimulador eléctrico de la retina en pacientes ciegos. La técnica consiste en la colocación de una pequeña cámara en una gafa conectada a un mini procesador que manda señales a una banda introducida en el ojo para que estimule la retina.
En España, el Dr. Borja Corcóstegui, lleva varios años estudiando su implantación en 9 pacientes totalmente ciegos que podrían recuperar algo de visión. Según ha explicado, el microchip “podría empezar a implantarse en breve, tras veinte años de investigación”.
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