¿Qué es la psoriasis?

La psoriasis es una enfermedad inflamatoria crónica y recurrente que afecta a la piel, y con posible repercusión sistémica, fundamentalmente a nivel articular en forma de artropatía psoriásica. Según datos de prevalencia, puede afectar al 0,5-5% de la población general según los países. En España, la prevalencia oscila en torno al 2% de la población. Puede iniciarse a cualquier edad, desde la infancia hasta la senectud. Las manifestaciones clínicas de la psoriasis son muy variadas, destacando la presencia de placas eritematoescamosas simétricas, de bordes bien definidos, localizadas preferentemente en la superficie extensora de extremidades y en cuero cabelludo como expresión más característica. Se trata de una enfermedad de causa multifactorial, dado que interviene la acción conjunta de numerosos genes y una serie de factores desencadenantes como pueden ser el estrés físico o emocional o determinados procesos infecciosos, el más característico de ellos la faringoamigdalitis.

¿Cuáles son los tipos de psoriasis?

Se tiende a pensar que solo existe un tipo de psoriasis, cuando lo cierto es que existen diferentes formas de presentación.

  1. Psoriasis en placas: Es la forma más frecuente y afecta aproximadamente al 80% de las personas con psoriasis. Puede aparecer en cualquier parte del cuerpo pero suele hacerlo en los codos, las rodillas, la espalda, el ombligo y el cuero cabelludo.
  2. Psoriasis en el cuero cabelludo: Afecta a entre un 50 % y un 80 % de las personas con  psoriasis. Los síntomas son los mismos que para la psoriasis en placas. La psoriasis del cuero cabelludo puede ser desde muy leve, con ligera descamación no adherida al cuero cabelludo hasta formas graves con  placas gruesas que cubren  todo el cuero cabelludo, extendiéndose más allá de la línea de inicio del cabello hasta la frente, la nuca y alrededor de las orejas.
  3. Psoriasis guttata: Este tipo afecta aproximadamente a un 10%  de las personas con psoriasis, sobre todo a niños y adolescentes. Se presenta en forma de pequeños puntos rojos escamosos que parecen gotas de agua salpicadas por  el cuerpo. La psoriasis guttata a menudo la desencadena una infección de garganta por estreptococos.  En los casos leves puede desaparecer sin tratamiento. La psoriasis guttata puede transformarse en psoriasis en placas (la forma más común de psoriasis).
  4. Psoriasis pustulosa: Puede manifestarse en forma localizada, o generalizada, esta última de carácter grave, que en ocasiones precisa ingreso hospitalario para su manejo y control. Afecta a menos del 5% de las personas con psoriasis. Puede aparecer como una complicación de la psoriasis en placas tras la toma de determinados medicamentos o por haber interrumpido bruscamente el tratamiento que venía utilizándose de manera continuada durante un largo periodo de tiempo.
  5. Psoriasis flexural  o invertida: Menos común, esta forma de psoriasis suele aparecer en zonas de pliegues como axilas, ingles, zona submamaria o en zona genital. Se presenta como placas  de color rojo intenso alrededor de los pliegues de la piel,  pudiendo aparecer grietas en sus bordes. Dada su localización se puede agravar con el sudor y el  roce de la piel, y llevar a sobreinfectarse por hongos, el más frecuente de todos la candidiasis.
  6. Psoriasis eritrodérmica: Ocurre en muy pocos casos. Se define como la afectación por psoriasis en más del 90% de la superficie corporal. Es una de las formas más graves de psoriasis y puede poner en peligro la vida ya que afecta a  la barrera protectora de la piel.

 

¿Cuál es la causa de la psoriasis?

Como hemos comentado, la psoriasis es una enfermedad multifactorial, existiendo una base genética predisponente, y factores ambientales desencadenantes. Dentro de los factores desencadenantes, los más frecuentes son:

  1. Estrés: Muy frecuente y fácilmente controlable por el propio paciente.
  2. Traumatismos: Un golpe directo sobre la piel puede desencadenar lesiones de psoriasis en la zona afectada. Este efecto se conoce como fenómeno de Koebner y aparece en 1 de cada 4 pacientes. Otros tipos de traumatismos como las quemaduras solares, las cicatrices postoperatorias, los tatuajes recientes o las erupciones debidas a medicamentos pueden provocar también la aparición de lesiones de psoriasis.
  3. Infecciones bacterianas o víricas: Pueden inducir o empeorar las lesiones de psoriasis al activar las células del sistema inmunitario.
  4. Medicamentos: Algunos medicamentos pueden contribuir a la aparición de brotes. Por eso es importante informar al médico de toda la medicación que esté tomando el paciente.
  5. Clima: El frío y los cambios de estación pueden provocar brotes de psoriasis.
  6. Otros: El alcohol, el tabaco y la obesidad se han relacionado estrechamente con brotes de psoriasis.

¿Es la psoriasis contagiosa?

No. Muchas personas creen que la psoriasis es infecciosa o contagiosa. La psoriasis es una enfermedad inflamatoria, no infecciosa. No se transmite entre pacientes y por tanto no es contagiosa.

¿Se puede prevenir?

Dado que la psoriasis es una enfermedad de origen multifactorial, existirán factores sobre los que podamos actuar y prevenir, como evitar el tabaco, los traumatismos innecesarios como tatuajes o el abuso de alcohol. Pero existen otros factores difícilmente controlables como las infecciones o el estrés.

Algunos medicamentos, como el litio, los betabloqueantes y algunos comprimidos contra la malaria, pueden empeorar la psoriasis. Por ello, es importante informar al médico de toda la medicación que estés tomando.

También se cree que el estrés es un factor desencadenante de psoriasis, por lo que se aconseja seguir una dieta equilibrada, hacer ejercicio con regularidad y evitar situaciones de estrés. También es útil llevar prendas ligeras de tejidos que no irriten la piel o produzcan picor.

¿En qué consiste el tratamiento?

En general, los tratamientos para la psoriasis se encuadran en tres áreas principales:

  1. Terapias no sistémicas:
    1. Terapias tópicas: Tratamientos que se emplean externamente y se aplican de forma localizada sobre las lesiones.
    2. Fototerapia: Terapias de luz ultravioleta, generalmente ultravioleta B de banda estrecha.
  2. Terapias sistémicas: Medicamentos administrados en comprimidos o inyecciones que ayudan a controlar la inflamación.
  3. Terapias biológicas: Medicamentos elaborados a partir de células humanas o humanizadas que actúan en el sistema inmunitario. Estos medicamentos se administran como inyecciones subcutáneas o infusiones intravenosas.

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