La técnica de la radiofrecuencia es una técnica que comenzó su desarrollo en la década pasada y en la actualidad tenemos una gran experiencia en su manejo, por lo que está considerada como una de las mejores técnicas para el tratamiento de las varices por su seguridad, mínima agresión y sin necesidad de baja laboral, en la mayoría de las ocasiones.
En qué consiste la técnica de radiofrecuencia
El tratamiento de las varices con radiofrecuencia es una técnica mínimamente invasiva, que se realiza mediante una pequeña punción en la vena safena. A través de ella introducimos un catéter fino con un terminal emisor de calor en su punta, gracias al cual se sella la vena en todo su recorrido y así eliminar la necesidad de la extirpación de la vena como se realizaba durante la cirugía tradicional (striping o safenectomia). Además, se evita operar a nivel de la ingle, ya que accedemos a esa zona mediante este dispositivo, siempre bajo control ecográfico.
Este tratamiento se realiza de forma ambulatoria, con anestesia local, acudiendo los pacientes al centro médico y una vez realizados el tratamiento, regresan a casa a las dos horas. En la mayoría de los casos con una media elástica de compresión y pudiendo realizar una vida completamente normal.
Ventajas e inconvenientes frente a otras técnicas
En la actualidad disponemos de diferentes técnicas para el manejo de las varices. A la clásica cirugía y su evolución con el método CHIVA, una forma de cirugía menos agresiva; se han unido las llamadas técnicas termoablativas como son la Radiofrecuencia y el Endoláser, así como los tratamientos con espuma de las mismas. Además están constantemente floreciendo nuevas técnicas en busca de disminuir esa agresión que producía la cirugía e irán demostrando su eficacia con el paso del tiempo.
La principal ventaja que presenta la Radiofrecuencia respecto a las demás técnicas es el buen resultado a largo plazo, siendo una de los procedimientos que menos índice de aparición de nuevas varices tiene. Sobre todo si la comparamos con técnicas como las basadas en la espuma.
A este buen resultado a largo plazo, se añade la mínima agresión, evitando tener que operar a nivel de la ingle además de la extirpación de la vena safena, lo que minimiza casi a cero los riesgos de hemorragia, hematomas o infecciones inherentes a cualquier procedimiento quirúrgico. Esta mínima agresión se traduce en un periodo de baja laboral mínimo o inexistente.
Pocos inconvenientes presenta la técnica de Radiofrecuencia, si bien, existen un número de pacientes que por su tipo de variz o por la forma de sus venas, no permiten técnicamente “navegar” con el catéter por dentro de éstas, teniendo que recurrir en esos casos a otras opciones terapéuticas. Es por esto que es fundamental ser valorado siempre por un Cirujano Vascular que realizará, previo al tratamiento, una Ecografía Doppler y un estudio exhaustivo de nuestro sistema circulatorio con un análisis de nuestras varices, ya que pueden existir múltiples variedades entre cada persona, y nos ofrecerá de forma individualizada la mejor opción terapéutica para nuestro caso concreto.
¿Qué aconsejaría a un paciente que tiene varices y quiere realizarse este tratamiento?
Lo principal cuando tenemos varices, no olvidemos que las varices son una enfermedad crónica de nuestro sistema circulatorio y no una alteración solamente estética, es ser valorado por un especialista en Angiología y Cirugía Vascular, especialidad que se encarga del estudio de todas las enfermedades de nuestro sistema circulatorio.
Este especialista nos realizará una Ecografía Doppler, prueba imprescindible para el estudio de nuestro sistema venoso. Mediante este procedimiento y un estudio clínico nos indicará qué tipo de varices tenemos, su grado de desarrollo y dónde se produce el fallo en nuestro sistema circulatorio.
Debemos saber que las varices son un sistema de vasos que llevan la sangre de retorno de nuestros pies hasta el corazón. Para lo cual estas venas están dotadas de válvulas. Es el fallo de una de estas válvulas lo que produce que la sangre invierta su dirección y en vez de acudir al corazón, retorna de forma dañina nuevamente hacia los pies, lo que produce que las venas se dilaten dando dolor, molestias y la aparición de las varices.
Una vez han aparecido estas varices, irán progresivamente avanzando, siendo prácticamente imposible que vuelvan las venas a un estado saludable si no actuamos.
Esa sobrecarga del sistema venoso acabará generando las complicaciones de la Insuficiencia Venosa Crónica (nombre técnico de las varices), como son las úlceras de las piernas, los sangrados de la variz, o las trombosis.
Por tanto, el objetivo del tratamiento no es sólo estético sino evitar que en un futuro las varices lleguen a generar dichas complicaciones, las cuales pueden llegar a ser graves o muy incapacitantes.
Recomendaciones antes y después de la radiofrecuencia
Los pacientes antes de ser sometidos a un procedimiento de radiofrecuencia pueden desarrollar una vida completamente normal.
Tras el procedimiento, que tiene una hora de duración, se colocará una media elástica de compresión o, en ciertos casos, un vendaje en la pierna tratada. A las dos horas del tratamiento volverá a su casa pudiendo reanudar su vida con normalidad en pocas horas.
La incorporación a la actividad laboral varía en función de la edad de cada paciente, del tipo de variz y su volumen y del tipo de trabajo a desempeñar, aunque en la mayor parte de las ocasiones se podrá realizar a las 24 -72 horas a su actividad laboral.
Al final la recomendación es visitar a su angiólogo o en su defecto visitar nuestro sitio web https://medicosenmerida.mx/medicos-en-merida/angiologos-2/
para encontrar el especialista que mejor se adapte a sus necesidades.