Una trombosis es la formación de un coágulo en el interior de un vaso sanguíneo, vena o arteria, ocasionado por diferentes causas, como la alteración de vasos sanguíneos (arterioesclerosis o traumatismos) o la alteración de los factores de coagulación (trombofilias).
Causas de la trombosis
Hay diferentes factores que pueden favorecer la formación de trombosis, como permanecer en cama por un periodo prolongado de tiempo o las intervenciones quirúrgicas. También hay otros factores evitables que favorecen las trombosis como son el tabaquismo, la mala alimentación y la obesidad.
Síntomas de la trombosis
Los síntomas que producen las trombosis son muy variados en función de la zona afectada y de si se trata de una trombosis venosa o arterial.
La trombosis venosa, que afecta a los miembros inferiores, se manifiesta como dolor, enrojecimiento e hinchazón de la pierna de forma brusca.
Sin embargo, otro tipo de trombosis venosa es la que afecta a las venas superficiales varicosas y que se manifiesta como dolor, enrojecimiento y endurecimiento local del trayecto varicoso. La trombosis venosa superficial está directamente relacionada con las varices y tiene una menor trascendencia médica.
La trombosis arterial de miembros inferiores que se produce de forma aguda ocasiona la falta de la perfusión de las extremidades de forma brusca. Clínicamente se manifiesta con frialdad, palidez, impotencia funcional y dolor intenso en pie y pierna.
Consecuencias de la trombosis
La trombosis venosa profunda en miembros inferiores, de forma tardía, puede producir el síndrome postflebítico, que se manifiesta como edema, dolor y afectación de la piel, llegando incluso a desarrollar ulceras de forma crónica.
La mayor complicación aguda de la trombosis venosa profunda es la movilización de un trombo que se encontraba originariamente en las piernas
hasta los pulmones, ocasionando una embolia pulmonar. La embolia pulmonar es una emergencia médica que se manifiesta clínicamente con dolor en en el torax, falta de aire, tos, en ocasiones con sangre (hemoptisis) y en casos graves, hipotensión e incluso pérdida de conocimiento.
La trombosis arterial en miembros inferiores, si no se trata, puede ocasionar el daño en los tejidos y estructuras que no están siendo irrigados, pudiendo llegar al infarto tisular y la gangrena.
Tratamiento de la trombosis
La trombosis venosa profunda de miembros inferiores se trata con medicaciones anticoagulantes y soporte elástico con medias terapéuticas. El diagnóstico precoz y la instauración del tratamiento lo antes posible reducen las complicaciones agudas, en ocasiones graves, y las posibles secuelas crónicas, como el edema y las ulceraciones en las piernas.
La trombosis de los trayectos varicosos se trata con heparina a dosis más bajas y cremas tópicas de corticoides. En un segundo tiempo sería necesaria la valoración de un cirujano vascular para plantear la cirugía de las varices.
La trombosis arterial de miembros inferiores precisa de una valoración urgente por parte de un cirujano vascular para indicar el mejor tratamiento, en ocasiones con medicaciones anticoagulantes o fibrinolíticas, que rompen los coágulos, y en otras ocasiones mediante un tratamiento quirúrgico como bypass, stents, etc.
Prevención de la trombosis
Actualmente, hay una gran concienciación, tanto por parte del sector sanitario como por parte de los pacientes, en la prevención de los eventos trombóticos.
Las trombosis venosas se pueden prevenir con la deambulación precoz tras las intervenciones, el acortamiento de los ingresos hospitalarios y el empleo de heparinas de forma profiláctica cuando se cree necesario.
Las trombosis arteriales se pueden reducir con una reducción de los factores de riesgo cardiovascular, es decir, mediante el control de la tensión arterial y la diabetes, una buena alimentación y la abstención tabáquica.
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