La sinusitis es la infección, irritación y obstrucción de los senos nasales, cavidades óseas localizadas detrás de la frente, los huesos de la nariz, las mejillas y los ojos por donde normalmente puede circular el aire y salir la mucosidad.
Suele manifestarse con congestión y goteo, dolor de garganta, tos y fiebre principalmente.
Los niños pueden padecer una sinusitis debido a varias causas:
- En algunas ocasiones, los pequeños vellos de los senos paranasales, llamados cilios, no consiguen sacar el moco de la forma apropiada.
- Los resfriados o las alergias pueden provocar la producción de demasiado moco o bloquear la apertura de los senos.
- Si el niño tiene el tabique nasal desviado, un espolón óseo nasal o pólipos nasales que bloqueen la apertura, pueden generar sinusitis.
Existen dos tipos de sinusitis:
- Sinusitis aguda: tiene lugar cuando los síntomas están presentes durante cuatro semanas o menos. Es causada por bacterias.
- Sinusitis crónica: se da cuando la hinchazón y la inflamación de los senos paranasales están presentes durante más de tres meses. Puede ser causada por hongos o bacterias.
Para el diagnóstico de la sinusitis
- El alergólogo pediatra examinará si tiene sinusitis buscando signos de pólipos, proyectando luz contra los senos paranasales para encontrar signos de inflamación o bien haciendo percusión sobre el área sinusal para detectar la infección. Además, el doctor también puede observar los senos paranasales a través de un endoscopio de fibra óptica.
- Otra opción para diagnosticar la sinusitis es mediante una tomografía computarizada, que ayudará a observar los huesos y tejidos nasales con mayor detalle o una resonancia magnética, en caso de que pudiera haber un tumor o infección micótica.
- Cabe añadir que, si la sinusitis no cesa y es recurrente, también pueden realizarse exámenes como pruebas para alergias, análisis de sangre (destinados a detectar virus de inmunodeficiencia), pruebas de función ciliar, cultivos nasales, citologías nasales o pruebas de cloro en sudor.