Las últimas noticias respecto a la tosferina y el debate abierto en torno a la vacunación de las embarazadas han puesto sobre la mesa el tema de la inmunización a las gestantes. Y es que en algunas enfermedades, la vacunación de la madre es especialmente importante, porque es la forma que tiene de suministrarle a su futuro hijo los anticuerpos necesarios para que esté protegido durante sus primeros meses de vida.

Desde la Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria (AEPap) señalan que “toda mujer en edad fértil debería de estar adecuadamente inmunizada antes del embarazo, para que durante el mismo tanto ella como el feto no sufran ninguna enfermedad prevenible”. En este sentido, habría que diferenciar dos etapas claves en la inmunización materna:

Antes del embarazo

Antes de quedarse embarazada, la mujer debería comprobar si tiene puestas todas las dosis de las vacunas del adulto, porque esto le ayudará a proteger a su futuro bebé. En este sentido, el objetivo ideal es que la mujer llegue al embarazo inmunizada contra la “rubéola [cuya vacuna también incluye protección contra las paperas y el sarampión] y, si no ha pasado la enfermedad, contra la varicela“, explica a EL MUNDO María José Álvarez, directora de la web vacunas.org, la página de la Asociación Española de Vacunología. “La infección por rubéola en una mujer embarazada puede causar serios problemas en el feto con consecuencias para toda la vida e, incluso, su muerte”, señalan desde los Centros de Prevención y Control de Enfermedades estadounidenses (CDC, por sus siglas en inglés).

Es importante resaltar que estas vacunas sólo deben inyectarse antes del embarazo (según los CDC, unas cuatro semanas antes), ya que “son vacunas de virus vivos, y por tanto, están contraindicadísimas durante el embarazo”, aclara María José Álvarez.

Especialmente indicadas durante el embarazo

Aunque desde los CDC explican que las vacunas que necesite la futura madre dependerán de “su edad, su estilo de vida y sus condiciones médicas”, lo cierto es que existen dos inmunizaciones inactivadas [elaboradas con microbios muertos] que están especialmente indicadas durante la gestación.

La primera sería la de la gripe, que deberá administrarse “siempre que el embarazo se produzca durante el período de circulación del virus, esto es, entre diciembre y marzo”, explica a EL MUNDO Francisco Álvarez, secretario del comité asesor de vacunas de la Asociación Española de Pediatría (AEP).

Las mujeres embarazadas son especialmente vulnerables a las infecciones por gripe, y si la contraen, pueden tener episodios más graves de lo normal. Según la AEPap, “el diagnóstico de gripe durante el primer trimestre del embarazo se ha asociado a un aumento de malformaciones cardíacas, labio leporino y defectos del tubo neuronal. En el segundo y tercer trimestre, se ha vinculado a un aumento del número de abortos, partos prematuros y una disminución del peso al nacimiento”.

De esta forma, las mujeres embarazadas deberían vacunarse, en cualquier trimestre de gestación que se encuentren, si ésta coincide con la campaña de vacunación contra la enfermedad, que suele desarrollarse entre octubre y diciembre, porque así, además de protegerse a sí mismas, estarán haciendo lo propio con su futuro bebé, que no podrá vacunarse hasta que cumpla seis meses de vida.

También es muy importante, tal y como se está viendo estos días, la vacunación en las últimas semanas del embarazo [idealmente entre la 27 y la 36] de la inmunización combinada contra la tosferina, la difteria y el tétanos (Tdpa). Ésta es la medida más eficaz para proteger al recién nacido contra la tosferina, porque será la forma en que la madre le transmita al feto, a través de la placenta, los anticuerpos que lo protegerán hasta que esté listo para vacunarse por primera veza los dos meses.

No obstante, y a pesar de que las últimas evidencias señalan lo positivo de esta medida, debido al desabastecimiento mundial de esta vacuna, la inmunización a las embarazadas está siendo irregular en todo el territorio español.

Así, por el momento, sólo Asturias, Canarias, Cataluña, Comunidad Valenciana, Extremadura, Navarra, País Vasco y Castilla-La Mancha están administrando a las gestantes la vacuna Tdpa contra la tosferina. La Rioja empezará a hacerlo a partir del 1 de diciembre, y Madrid, Andalucía y Murcia han dicho que lo harán desde el 1 de enero de 2016. Por su parte, Galicia está estudiando la medida. Francisco Álvarez explica que la vacunación debería hacerse “en cada gestación, aunque la mujer vuelva a embarazarse al año”.

Opcionales durante el embarazo

Las dos citadas anteriormente serían las inmunizaciones más importantes, y casi imprescindibles, según los expertos, durante el embarazo. A partir de ahí, habría otras que se deberían valorar en función de la historia clínica de la mujer.

Una sería la de la hepatitis B, que sólo se tendría que poner si la embarazada tiene riesgo de contraer la enfermedad, por ejemplo “si se ha pinchado con una aguja de una persona que padece hepatitis B”, señala Francisco Álvarez, o “si convive con personas infectadas por esta dolencia, es usuaria de drogas por vía parenteral, ha tenido más de una pareja en los seis meses previos, insuficiencia renal o infección por VIH”, apuntan desde la AEPap.

Lo mismo pasaría con la inmunización frente a la hepatitis A, cuyo uso, apunta la AEPap, “está indicado en situaciones de riesgo de contagio para la embarazada, como son la administración de drogas por vía parenteral, los viajes a zonas endémicas de la enfermedad o si existen patologías que aumenten el riesgo de complicación de la hepatitis A, como las enfermedades hepáticas crónicas”.

Igualmente, en función del estado inmunológico de la mujer, también habría que valorar la inmunización contra el tétanos: “El Ministerio considera que una mujer que tiene cinco dosis de la vacuna contra el tétanos está protegida contra la enfermedad, así que sólo deberían vacunarse aquellas que no tengan ese número de dosis”, señala Francisco Álvarez.

A considerar en caso de viajes

Finalmente, si la embarazada va a viajar a otros países, la administración de las posibles vacunas necesarias debería realizarse al menos cuatro o seis semanas antes del viaje. Así, se podría valorar la vacuna antimeningocócica en las gestantes que vayan a viajar al cinturón subsahariano en temporada de meningitis durante la estación seca (de diciembre a junio) o realicen peregrinación a La Meca. Además, una dosis de recuerdo de la vacuna inactivada frente a la poliomielitis [IPV], señala la AEPap, “solamente se recomienda en aquellas mujeres que tengan riesgo de exposición al virus salvaje por viajes a zonas endémicas de la enfermedad”, mientras que la protección frente a la fiebre amarilla está indicada “en la embarazada no inmunizada previamente cuando el viaje a zonas endémicas sea inevitable”. En cualquier caso, la decisión de inmunizarse contra estas enfermedades u otras como la rabia, la fiebre tifoidea , la encefalitis japonesa o la europea deben ser siempre consultada con el médico de la embarazada, que le asesorará y valorará la conveniencia o no de administrarle o no estas vacunas.