El riesgo de sufrir una fractura ósea es inminente para cualquier persona; caer, resbalar, tener un accidente, jugar, e incluso sólo caminar, son situaciones en las que se puede sufrir una lesión de este tipo. Sin embargo, en la infancia aumentan los casos debido a la inquietud que caracteriza a los niños.
Si bien la fractura de un hueso ocurre en una fracción de segundos, el proceso de curación suele demorar algún tiempo, todo depende del tipo de fractura que se haya sufrido.
¿Qué hacer en el momento de la fractura?
1. Reducción: es cuando dos huesos se han salido de su articulación y debe realizarse un movimiento brusco pero coordinado, para que el hueso se pueda recolocar en su lugar. Siempre debe hacerlo un especialista.
2. Yeso: es un dispositivo que se coloca en la zona de la fractura para facilitar la soldadura del hueso, se coloca lo más recto posible y de este modo se suelde adecuadamente el hueso.
3. Intervención quirúrgica: es una operación especializada para reparar la fractura. Muchas veces luego de la intervención se coloca el yeso para ayudar a la curación.
Después del procedimiento
4. Coloca la parte fracturada en alto, puedes utilizar una almohada. Esto con el fin de reducir la hinchazón.
5. Para desinflamar la zona lesionada, coloca hielo en el área dentro de una bolsa de plástico para evitar escurrimientos.
6. Si el yeso se encuentra en el brazo, se debe usar un cabestrillo para ayudar al paciente a sostenerlo.
¿Cómo cuido el yeso?
7. Muchos yesos y férulas no son impermeables, por lo tanto, es muy importante conservarlos secos. Cúbrelo con una bolsa plástica o una manga impermeable especial para tomar duchas o baños. Si el yeso se moja, es posible que pierda su resistencia y no sea capaz de conservar el hueso lesionado en su lugar. Si el yeso o la férula se moja, comuníquese inmediatamente con el médico.
8. En algún momento, la piel que se encuentra dentro del yeso comenzará a picar. Evita insertar objetos dentro del yeso para aliviar la picazón. Puede rasparse la piel y provocar una infección. Tampoco uses talco, cremas o aceites en el interior del yeso.
9. Verifica que no esté rajado. Asegúrate de revisar periódicamente el yeso para detectar que no tenga quebraduras, desgarros ni partes blandas.
10. No modifiques el yeso. Si bien es aceptable que los amigos y la familia decoren y firmen el yeso, no se debe retirar el revestimiento interno de algodón ni quitar partes del yeso.
Si tienes alguna fractura lo mejor es guardar reposo y tener paciencia para que el hueso solde adecuadamente, ya que cualquier movimiento en falso hará más lenta tu recuperación. ¡Buena suerte!