¿Por qué duele tanto el desamor?
El amor tiene un fuerte impacto sobre nuestras vidas. Cuando el amor es recíproco nos hace sentir las personas más felices del mundo, pero cuando se produce el abandono el desamor nos hace sentir muy mal. Entender lo que sucede en nuestro cerebro cuando hay una ruptura puede ayudar a encontrar una respuesta a nuestro dolor.
Helen Fisher es una antropóloga y profesora que ha dedicado su vida a explicar el sentimiento amoroso a través de estudios científicos que después ha traducido a un lenguaje más asequible a través de los diferentes libros que ha publicado.
En sus estudios ha utilizado la resonancia magnética funcional para ver qué sucede dentro del cerebro de personas que dicen estar enamoradas, de las que acaban de sufrir una ruptura y de personas que después de más de 10 años de relación de pareja, confiesan que aún siguen enamoradas.
Un cerebro enamorado
Los antropólogos han encontrado evidencia de amor romántico en 170 sociedades, por lo que el amor romántico no es un invento occidental, como algunos afirman. Este hecho nos da pistas de que el enamoramiento es algo para lo que nuestro cerebro parece genética y biológicamente preparado.
Para entender mejor por qué duele tanto el desamor y qué pasa en el cerebro cuando te dejan, tenemos que fijarnos en los neurotransmisores, unas sustancias químicas que se encuentran dentro del cerebro y que sirven para que las neuronas puedan comunicarse unas con otras. Son responsables de los pensamientos, sentimientos y acciones. Cada neurotransmisor se relaciona con unas funciones distintas y se encuentra en más cantidad en alguna región distinta del cerebro.
Uno de estos neurotransmisores es la dopamina. La dopamina tiene un efecto estimulante del cerebro y la encontramos sobre todo en el sistema de gratificación, en las partes más primitivas del cerebro. Este “departamento” se encarga de regular los deseos y motivaciones, de decidir dónde ponemos el foco de la atención y de activar el mecanismo de búsqueda de todo aquello que creemos que necesitamos para poder estar bien.
De hecho el amor romántico hace que este sistema de gratificación trabaje al 100% y provoque un sentimiento de amor de forma muy intensa, llevando a una obsesión que hace que solo se pueda pensar en la otra persona.
La antropóloga Helen Fisher nos explica que el amor romántico es un impulso, un impulso que básicamente nos lleva al apareamiento con la pareja deseada. No se trata de buscar sexo de forma desenfrenada, sino que el cerebro enamorado consigue que centremos toda nuestra atención y esfuerzo en una única persona, la persona deseada y elegida para la procreación.
El dolor del desamor
Lo que sucede cuando alguien es rechazado por la persona que ama es que la obsesión empeora, en lugar de detenerse. El cerebro se obstina en poner en marcha las mismas zonas del cerebro que se activan cuando el enamoramiento está presente. De hecho, es lo mismo que sucede cuando no se consigue algo que se desea mucho en cualquier otro ámbito de la vida. Se activa esa parte del cerebro que regula las ansias, los deseos, las motivaciones y el foco en el que se pone la atención y no deja olvidar lo que se desea.
Otra parte del cerebro que también se activa es el núcleo accumbens, que lo que hace es intentar hacer un balance de pérdidas y ganancias. Esto hace que la persona que sufre desamor comience a preguntarse: ¿Dónde estuvo el error? ¿Por qué no funcionó? ¿Qué gano con esta separación? ¿Qué pierdo con esta ruptura? Esta región es la misma que se activa cuando una persona se enfrenta a una situación que requiere que se arriesgue, es decir, que puede traer grandes ganancias o grandes pérdidas.
La tercera parte del cerebro que se pone en marcha es la que asociamos con el apego profundo hacia otra persona y que está detrás de los arrebatos que causa el desamor. Al mismo tiempo que uno está impregnado por los sentimientos que causa el amor romántico, siente un profundo vínculo hacia esa persona especial y su circuito de recompensas hace sentir una energía intensa, un enfoque intenso, una motivación intensa y una motivación y voluntad capaces de hacerte arriesgar lo que haga falta para conseguir lo que quiere.
El enamoramiento comparte muchas características con la adicción a las drogas o con cualquier otro tipo de adicción, como experimentar la dependencia, que conlleva por un lado la tolerancia (cuanto más ves a la persona deseada, más ganas tienes de seguir viéndola) y por otro lado la ruptura hace que aparezca el síndrome de abstinencia, que lleva a recaer una y otra vez en el proceso de abandonar una relación y que puede causar mucho daño.
Cómo sentirse mejor cuando se siente desamor
Aunque el dolor que sufre la persona que siente el desamor es muy fuerte, se pueden seguir algunas pautas para intentar mitigar ese dolor. Una de ellas es utilizar las meditaciones guiadas para calmar la mente y dejar de pensar en la persona de la que acabas de separarte. Para conseguir esto un especialista en Psicología especializado en terapias de pareja o dependencia emocional puede ayudarnos.
Otro consejo para superar una ruptura es hacer lo mismo que funciona para superar cualquier adicción: apartarse totalmente de la persona amada, evitar los lugares y actividades que podrían llevar fácilmente a una recaída, distraerse e iniciar nuevas actividades aunque no haya muchas ganas.
Al final la recomendación es visitar a su PSICOLOGO o en su defecto visitar nuestro sitio web https://medicosenmerida.mx/medicos-en-merida/psicologos-y-psicoterapeutas/ para encontrar el especialista que mejor se adapte a sus necesidades.