Como ocurre en el caso de muchas enfermedades degenerativas, los primeros síntomas del Parkinson se presentan de forma muy leve y se van agudizando con el paso del tiempo. Un elemento primordial en el diagnostico temprano de la enfermedad reside muchas veces en la observación por parte de terceros.

En ocasiones los cambios son ligeros y el paciente no los percibe a simple vista, pero quienes viven con él o lo frecuentan sí lo hacen. Estas señales de alerta no deben ser obviadas.

Uno de los primeros síntomas del Parkinson es el dolor y las molestias en las articulaciones, que además producen dificultad en los movimientos. Puede tratarse de una o varias articulaciones, o de leves problemas para moverlas de forma normal que se van haciendo más fuertes a medida que la condición avanza.

Determinadas acciones cotidianas pueden evidenciar que la capacidad motora comienza a cambiar. Así, la caligrafía de los pacientes que presentan Parkinson en sus primeras etapas comienza también a cambiar, disminuyendo el tamaño de las letras y luciendo irregular.

El agotamiento, la irritabilidad y la depresión sin causa aparente son parte de los primeros síntomas del Parkinson a nivel emocional. Estas señales pueden corresponder a diversos trastornos, pero conforman también el universo de esta enfermedad.

En la mayor parte de los casos los pacientes con Parkinson experimentan los primeros síntomas de la enfermedad en un solo lado del cuerpo. A medida que la condición avanza los mismos pasan al otro lado.

Estos primeros síntomas del Parkinson pueden estar presentes durante un largo período de tiempo antes de que se manifiesten las señales más determinantes de la enfermedad. Debido a que pueden corresponder a distintas condiciones, normalmente se necesitan de varias evaluaciones y exámenes para llegar a la conclusión de que se trata de Parkinson.

Aunque no se conocen las causas exactas de esta enfermedad, los factores hereditarios, el abuso de drogas y alcohol, la dependencia a los fármacos y los fuertes traumatismos sufridos en la cabeza son factores que pueden hacer que un paciente sea más propenso a padecer Parkinson.

Una vez pasada la etapa inicial, los síntomas típicos del Parkinson son:

• Temblores que normalmente comienzan en la mano pero que pueden iniciarse en cualquier parte del cuerpo. Se hacen más fuertes bajo tensión o cuando el paciente está en reposo pero no dormido
• Rigidez muscular
• Pérdida del movimiento espontáneo
• Lentitud en los movimientos
• Inestabilidad que lleva a inclinaciones del cuerpo hacia adelante o hacia atrás cuando el paciente está parado, caídas frecuentes y problemas de equilibrio
• Problemas de dicción al hablar debido a la degeneración motora
• Pérdida de expresividad en el rostro
• Otros síntomas producidos por la enfermedad como estreñimiento, babeo excesivo, depresión y trastornos del sueño

Ante la presencia de estos síntomas, o si sospechas que tú o alguna persona cercana sufre Parkinson, se recomienda consultar a un especialista para una revisión exhaustiva.

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