La cirugía cardíaca y de los grandes vasos ha tenido sin duda un desarrollo exponencial en las últimas décadas. Ha sido una de las grandes aportaciones de los grupos quirúrgicos que se dedican al tratamiento de las cardiopatías y de las alteraciones de los grandes vasos, aorta y pulmonar; estas aportaciones permiten solucionarlas con las técnicas quirúrgicas desarrolladas, que han logrado la mejoría clínica y el incremento de la sobrevida de las personas que las padecen.
Este desarrollo se logró gracias a la dedicación, esfuerzo y audacia de los cirujanos pioneros que demostraron que la cirugía lograba solucionar las alteraciones hemodinámicas, tanto congénitas como adquiridas, que condicionaban el deterioro de la función cardiovascular y que, al recuperar la adecuada función, permitía disminuir síntomas, mejorar la capacidad física y hacer que quienes las padecían tuvieran una mejor oportunidad de desarrollarse físicamente con una posibilidad de sobrevida normal.
Sin duda la mejoría de los métodos diagnósticos y la aportación de los desarrollos tecnológicos han ido de la mano con los métodos y técnicas quirúrgicas, que han hecho posible el avance de la terapéutica aplicada a los cardiópatas.
Ha sido posible aplicar este desarrollo en todas las formas de presentación tanto de las cardiopatías como de las enfermedades de los grandes vasos. Las cardiopatías congénitas, las valvulopatías mitral, aórtica y tricuspídea y las enfermedades coronarias, así como las alteraciones tanto obstructivas como dilatantes de los grandes vasos, pueden ser abordadas por las técnicas quirúrgicas.
En México ha sucedido lo mismo; se han desarrollado en las últimas décadas todos los procedimientos quirúrgicos que se requieren para el tratamiento de estas cardiopatías y alteraciones vasculares, por un numeroso grupo de cirujanos que, en los diferentes ámbitos hospitalarios del país, proporcionan estas técnicas para beneficio de un alto número de pacientes.
Fuente: “La Medicina es Así”