Antes de pensar en un tratamiento para la celulitis es importante acudir con un dermatólogo para que identifique el tipo de celulitis a tratar.
Los diversos tipos de celulitis están clasificados por su localización o por su consistencia. En el primer grupo están las siguientes:
- Celulitis generalizada. – Es una de las más raras y afecta a mujeres obesas.
- Celulitis localizada. – Es mucho más frecuente y habitualmente se localiza en los trocánteres o mejor conocidas como “pantalón de montar o pistoleras”. O bien, en todo lo largo de la pierna denominada “pierna en nota” o “en pata de elefante.
- Celulitis por insuficiencia veno-linfática o por retención hídrica.
- Celulitis por estar en el abdomen. – En la zona subumbilical, la cual adopta el aspecto de una boya, con depósito predominante en las caderas, formando los clásicos “”puñados de amor””. Esta localización tiene su origen en el sedentarismo y en el cese de la actividad deportiva. También se desarrolla en el depósito de grasa que se desborda por encima y por debajo del ombligo.
- Celulitis en otras zonas del cuerpo. – Cara interna de la rodilla, brazos, glúteos, región lumbo-sacra, muslo interno y “giba en el cuello de bisonte” o “joroba de búfalo”.
Tratamiento anticelulitico
Antes de pensar en un tratamiento para la celulitis es importante acudir con un dermatólogo para que identifique el tipo de celulitis a tratar. Los diversos tipos de celulitis están clasificados por su localización o por su consistencia. En el segundo grupo están las siguientes:
- Celulitis dura o compacta. – Tensa la epidermis al máximo y aparece granulosa bajo los dedos. Es dura, adherente a los planos profundos, no se modifica con la posición de pie o acostada. Puede ser dolorosa al tocar. Su localización más frecuente es en la mitad inferior del cuerpo que reviste un aspecto ginoide. La celulitis dura es una celulitis de inicio, reciente. Suele aparecer en personas jóvenes y en buen estado físico. Aunque la zona trocantérea es la más común, aparece también en la región epigástrica y en la nuca. Se da sobre todo en mujeres que no son necesariamente obesas.
- Celulitis edematosa. – La consistencia es pastosa con nudosidades (con una mayor relevancia en posición de declive). Es dolorosa al tacto y, a veces, sin necesidad de tocarla. Hay signos objetivos y subjetivos de insuficiencia circulatoria venosa, así como insuficiencia circulatoria linfática de miembros inferiores. Se presentan edemas, várices, várices más pequeñas, telangiectasias (vasos como arañas), discromías (alteraciones de la pigmentación de la piel), fragilidad capilar, entre otras manifestaciones. En este tipo de celulitis las piernas adquieren en su segmento gemelo-tobillo, es decir, un aspecto de “”pierna en columna””.
- Celulitis blanda o flácida. – Es un tejido esponjoso y flotante que rueda bajo los dedos. Se moviliza con los cambios de posición. Raramente es dolorosa, afecta fundamentalmente a la cara anterior del muslo y brazos. A menudo está asociada a una musculatura atrófica. Es común su aparición después de los 40 años. Puede considerarse una evolución de la celulitis compacta no tratada. Es la más frecuente y, en ella, observamos una apariencia espontánea de “”piel de naranja””.
Al final la recomendación es visitar a su Dermatologo o en su defecto visitar nuestro sitio web https://medicosenmerida.mx/medicos-en-merida/dermatologos-4/ para encontrar el especialista que mejor se adapte a sus necesidades.