El Cáncer de hígado, Carcinoma hepatocelular o Hepatocarcinoma, se produce cuando existen células hepáticas que se reproducen de forma anómala y desordenada, ocupando el espacio de las células normales. Lo más frecuente es que esto ocurra en personas que tienen una enfermedad del hígado previa. Cuanto más tiempo de evolución tenga la enfermedad, más probable es que se produzca el cáncer de hígado.
No existen síntomas específicos. Es frecuente el cansancio, náuseas y falta de apetito, molestias en la zona derecha por debajo de las costillas, coloración amarillenta de la piel y la parte blanca de los ojos.
Hasta el momento no existe ningún tratamiento preventivo. Sin embargo, la realización de controles por Ecografía cada 6 meses cuando existen enfermedades hepáticas crónicas es efectiva para poder diagnosticar la aparición de cáncer de forma precoz.
En la gran mayoría de los casos, con una prueba de diagnóstico por imagen como podría ser la Ecografía, la tomografía axial computarizada (TAC) o la resonancia magnética (RM) se puede realizar el diagnóstico. La Biopsia hepática se indicará en casos seleccionados.
El tratamiento del Carcinoma hepatocelular depende de una serie de factores que determinarán el estadío tumoral. Las opciones de tratamiento pueden ser a nivel local, como podría ser la radiofrecuencia tumoral, la quimioembolización transarterial o la resección quirúrgica en casos seleccionados.
En pacientes con enfermedad más avanzada puede optarse por quimioterapia por vía oral. En pacientes seleccionados se puede optar por el trasplante hepático como tratamiento primario o final.