Es una enfermedad propia de las arterias en la que los revestimientos interiores se llenan de grasa y van formando una placa que las bloquea. Al formarse esta placa, la pared de la arteria aumenta y pierde su elasticidad. Esta enfermedad tiene en su contra que suele desarrollarse con bastante rapidez. La aterosclerosis afecta a las arterias tanto medianas como grandes.

Causas

No se el inicio de la aterosclerosis ni sus causas concretas. Sin embargo, hay investigadores que opinan que algunas circunstancias pueden aumentar el riesgo de padecer esta enfermedad, como por ejemplo: fumar, niveles de colesterol y triglicéridos altos, Hipertensión arterial, obesidad, sedentarismo, comidas con alto porcentaje de grasas saturadas.

Otro factor de riesgo, pero menos decisivo a la hora de desarrollar aterosclerosis, es tener algún familiar de primer grado que haya padecido esta enfermedad a una edad temprana. Los hombres son más proclives a padecer aterosclerosis; en cambio, cuando las mujeres alcanzan el estado de la menopausia, el riesgo se iguala entre hombres y mujeres.

Signos y síntomas

En un principio los síntomas de la aterosclerosis son prácticamente nulos, y no comienzan a aparecer hasta que la obstrucción es ya grave en las arterias. Cuando esto ocurre, aparece un dolor fuerte en el área afectada. Las zonas de afectación más frecuentes son el corazón, la carótida, las arterias cerebrales y las de extremidades inferiores. En algunas personas los síntomas se presentan cuando se está en reposo, y en cambio en otras sólo aparecen cuando se realiza algún tipo de actividad.

Formas de diagnosticar

Se debe hacer un examen físico para comprobar los síntomas del paciente, y además realizar una de las siguientes pruebas o, en su caso, una combinación de las siguientes:

Cateterización cardiaca: se inyecta un contraste en la arteria coronaria afectada y a continuación se hace una prueba de rayos X. Sirve para localizar los lugares en donde hay estrechamientos u obstáculos, y otro tipo de irregularidades. Hacer una prueba de ultrasonidos llamada Doppler, consistente en enviar ondas sonoras a los vasos sanguíneos para valorar el flujo de la sangre. Si este sonido es débil o nulo, significará una obstrucción en la arteria.
Contrastar la presión de la sangre en los tobillos y en los brazos para delimitar si existe una buena o mala circulación en la sangre. Si la diferencia de presión es grande, eso significaría que el paciente está padeciendo aterosclerosis.

Realizar un escáner nuclear cuando el paciente está reposando o bien después de haber desarrollado una actividad física; esta prueba puede revelar qué áreas del corazón no están recibiendo suficiente sangre.

Tratamiento

El tratamiento puede variar de una persona a otra debido a la edad, el estado de salud, y dependiendo de donde se encuentre localizada la aterosclerosis. Pero por lo general, el procedimiento para tratar la aterosclerosis suele ser:
Modificar y disminuir los hábitos propios del paciente: reducir el colesterol, el tabaquismo o la falta de ejercicio.

Administrar distintos tipos de medicamentos, como anticoagulantes para prevenir la formación de coágulos, o medicamentos antiagregantes plaquetarios para reducir la capacidad de adhesión de las plaquetas, ya que éstas producen coágulos. También se pueden recetar medicamentos para disminuir la presión arterial y el colesterol.

Tratamientos quirúrgicos como la angioplastia, que abre las arterias obstruidas, o un bypass de la arteria coronaria que se utiliza en los pacientes que tienen angina de pecho debido a la obstrucción en las arterias coronarias.

Prevención

Para prevenir la aterosclerosis, se deben evitar factores de riesgo tales como el consumo de grasas saturadas y colesterol, la presión arterial alta, fumar y la falta de ejercicio.