Sin sangre, el corazón pierde oxígeno y su muerte es inminente.
Aunque es un tema popular, aún existen mitos sin responder, aquí los más comunes:
Mito #1 – No hay manera de saber si una persona está en paro cardíaco.
Falso. Durante un paro cardíaco repentino, la persona puede presentar uno o varios de los siguientes síntomas:
• Sufre un colapso y pierde el conocimiento. • Deja de respirar normalmente. • Pierde el pulso y la presión arterial.
Mito #2 – El dolor de pecho es la única señal de aviso de un ataque al corazón.
Falso. Las señales de aviso más comunes o “clásicas” de un ataque al corazón son las siguiente:
• Presión incómoda, congestión, compresión o dolor en medio del pecho que duran más de unos minutos o se van y luego vuelven.
• Dolor que se extiende hacia los hombros, el cuello o los brazos.
• Malestar en el pecho con mareo, desmayo, sudor, náusea o falta de aire para respirar.
Mito #3 – Un paro cardíaco es una emergencia médica rara, así que yo no debería preocuparme por tener que enfrentarlo.
Falso. Las enfermedades cardiovasculares constituyen la causa No.1 de muerte.
El índice de supervivencia se puede aumentar si los habitantes del país toman tres medidas importantes:
• Aprender las señales de aviso de los paros cardíacos.
• Llamar inmediatamente al 911 para tener acceso al sistema médico de emergencia.
• Comenzar la resucitación cardiopulmonar (CPR), porque eso ayuda a mantener con vida a la víctima de un paro cardíaco hasta que llegue la ayuda de emergencia.
Mito #4 – Un paro cardíaco significa una muerte segura.
Falso. La muerte súbita puede ser un estado reversible si las personas actúan con rapidez. Se estima que por lo menos el 20% de las víctimas de paros cardíacos que recibe resucitación cardiopulmonar (CPR) inmediata, seguida de desfibrilación (shock eléctrico al corazón) puede resucitarse.
Mito #5 – La CPR es un procedimiento complicado, por lo cual es mejor dejar que la proporcionen los profesionales médicos.
Falso. La CPR es un procedimiento de emergencia simple que se utiliza cuando la respiración o el latido del corazón se detiene repentinamente. Se puede aprender en sólo unas horas. Después de unas pocas horas de capacitación, prácticamente cualquiera puede proporcionar CPR.