En la trombosis, un coágulo de sangre (trombo) bloquea un vaso sanguíneo, de manera que solo un poco de sangre, si acaso, puede pasar a través del vaso.
Al reducir el movimiento, por ejemplo estando en cama en la clínica o en casa, es posible que la sangre se coagule en las venas y se forme un tapón (coágulo).
Este coágulo impide el retorno de la sangre al corazón y hace que se estanque en las venas. Esto provoca hinchazones, una sensación de tensión y dolores en las piernas. Cobra gran importancia aquí la llamada trombosis venosa profunda, en la que el coágulo sanguíneo se forma en las venas de la musculatura profunda de las piernas o de la pelvis. Si este coágulo se desprende de la pared de las venas, la corriente sanguínea puede llevarlo hasta los pulmones, donde puede provocar complicaciones graves (embolia pulmonar).
Síntomas de una trombosis venosa profunda
Los síntomas más comunes son:
- Dolor punzante opresivo
- Rojez o coloración azulada de la piel
- Sensación de tensión e hinchazón
Una trombosis se puede producir en la ingle, en el muslo, en la corva de la rodilla, en la pantorrilla o en la planta del pie. Estar de pie y caminar resulta especialmente doloroso.
Cómo se desarrolla una trombosis venosa profunda
Un coágulo de sangre se puede formar si:
- la velocidad de flujo de la sangre se ralentiza, por ejemplo, durante el reposo en cama o vuelos de larga distancia
- las paredes de los vasos sanguíneos han experimentado cambios
- la sangre tiene una alta propensión a la coagulación.
La sangre fluye más lentamente por las venas que por las arterias, motivo por el que la trombosis se produce sobre todo en las venas. La trombosis venosa profunda (flebotrombosis) afecta más a las venas profundas de la pantorrilla y el muslo.
Fuente: www.mediespana.com