Esto se observa sobre todo en las inferiores (en las piernas), porque hay una diferencia en la longitud de más de un centímetro entre una y otra. Las consecuencias son cojera al caminar y cambios en la alineación de la columna y la pelvis.
¿Cómo se detecta? Se requiere que el pediatra o médico familiar mantenga en vigilancia el crecimiento del niño, realizando mediciones tanto de la talla como de los segmentos del cuerpo. Además, hay que observar posibles alteraciones en el caminar y revisar la alineación de la columna.