De hecho, en esas condiciones, prácticamente se duplica el riesgo de que desarrollen ese trastorno. Esta es la principal conclusión de un estudio coordinado por el profesor de Psiquiatría Alan Teo, de la Universidad de Salud y Ciencia de Oregón, en el que se destaca, además, que el contacto por carta, teléfono o a través del correo electrónico, incluso si se mantiene de forma frecuente, no influye en las posibilidades de padecerlo.
“Desde hace tiempo, las investigaciones en este campo han venido apoyando la idea de que mantener unos fuertes vínculos sociales favorece la salud mental, pero esta es la primera vez que se examina el papel protector que, en el desarrollo de la depresión, juega un determinado tipo de comunicación con los más allegados”, indica Alan Teo.
El ensayo, publicado en la revista Journal of the American Geriatrics Society, mantiene que no todas las formas de socialización son iguales, y que el contacto cara a cara ayuda a evitar la depresión mejor que la comunicación digital. Para determinarlo, Teo y sus colaboradores estudiaron el modo en que más de 11.000 individuos de más de 50 años interactuaban con sus amistades. Así, observaron que los que mantenían muy poco contacto en personaexperimentaban en solo dos años casi el doble del riesgo de sufrir depresión. Por el contrario, el 6,5% de los participantes en el ensayo, que sí lo habían tenido por lo menos tres veces por semana, apenas presentaban leves síntomas.
El equipo también encontró que en las personas de entre 50 y 69 años, el riesgo de depresión menguaba cuando el contacto se daba con amigos, mientras que en las de más de 70 ocurría si el cara a cara se mantenía con los hijos y otros familiares.