Podemos definir la ansiedad como la anticipación de un daño o desgracia futura acompañada de un sentimiento de disforia (desagradable) y/o de síntomas somáticos de tensión. Es una señal de alerta que advierte sobre un peligro inminente y permite tomar las medidas necesarias para enfrentarse a una amenaza.
El miedo se desborda, perdemos el control y acuden a nuestro cuerpo y a nuestra mente los síntomas molestos que nos impiden llevar de forma normal el día a día, como mareos, temblores, palpitaciones, sensación de dificultad para respirar, dolor de cabeza, tensión muscular, preocupación, agobio, dificultad de concentración, pérdida de memoria, inquietud, irritabilidad, miedo a perder el control, miedo a morirse.
Cómo distinguir la presencia de un estado de ansiedad patológico no es tan sencillo, se han buscado formas de establecer el diagnóstico más específico posible de estos problemas de salud.
En general, para poder hacer el diagnóstico el médico tiene en cuenta la presencia o ausencia de un estímulo concreto desencadenante de la ansiedad, la intensidad de la expresión emocional (apropiada o inapropiada al estímulo), la duración proporcionada o desproporcionada en el tiempo y la interferencia o no de los síntomas en la vida cotidiana.
En muchos casos, la interferencia es tan importante que establece un cambio radical en la vida de la persona precisando un reaprendizaje emocional y un período de tiempo más o menos prolongado de terapia que suele incluir la baja laboral.
En busca de la mejor solución. La homeopatía como alternativa de tratamiento de los problemas de ansiedad.
Las dos principales ventajas de los medicamentos homeopáticos en pacientes con problemas de ansiedad son su seguridad y efectividad
Su seguridad les hace idóneos en:
1.- Situaciones estresantes que generan ansiedad frecuentemente consultadas en Atención Primaria y que habitualmente no precisan el empleo de psicofármacos y/o psicoterapia por su transitoriedad, levedad o especificidad. Por ejemplo, ansiedad situacional ante una prueba, examen, la recepción de una mala noticia, el temor anticipatorio a volar…….
2- Cuando existe un especial riesgo de efectos secundarios como, por ejemplo, en pacientes ancianos, personas con insuficiencia respiratoria, enfermos con fallo renal o hepático, pacientes polimedicados, embarazadas y en la lactancia.
Todas aquellas situaciones frecuentes en la consulta que dificultan el empleo de psicofármacos, como pueden ser la negación a su empleo por parte del paciente, el riesgo de dependencia por la personalidad o patología previa, o la previsión de un balance posiblemente negativo del beneficio/ riesgo de estos.
Tratamientos prolongados por su gran margen de seguridad y ausencia de dependencia.
Su efectividad es otra gran ventaja, porque el tratamiento homeopático actúa sobre los síntomas físicos, psíquicos y comportamentales del sujeto facilitando una terapia más global y personalizada para cada paciente.
Además, puede ser un complemento al tratamiento habitual para disminuir la necesidad de coprescripción de ansiolíticos o de incremento de la dosis de psicofármacos reduciendo los posibles efectos adversos de estos. Ayudaría, por tanto, a ajustar dosis para minimizar los efectos secundarios.
Para la elección del tratamiento homeopático individualizado en el paciente con problemas de ansiedad el médico tiene en cuenta la causa desencadenante del problema de ansiedad (puede ser un problema laboral, familiar, una ruptura amorosa, una situación de duelo, etc.), la reacción individual a la situación estresante y la expresión de los sentimientos y emociones predominantes (miedo, rabia, pena, frustración, cólera…),
En el contexto de la consulta del médico de familia, el empleo de los medicamentos homeopáticos en el tratamiento de los pacientes con problemas de ansiedad aporta eficacia, seguridad y una posibilidad real de establecer una relación terapéutica que, al menos en mi experiencia, llena de sentido y satisfacción a ambas partes.