Las várices son muy comunes en mujeres que en hombres y más sí se tiene una edad mayor o tiene obesidad, no hace ejercicio o tiene antecedentes familiares de venas varicosas. También pueden ser más común durante el embarazo.
Los hombres también pueden sufrir de esta condición. Las várices y arañitas vasculares no solo afectan la estética de las piernas, también alteran la calidad de vida de quién las desarrolla.
Las venas varicosas son venas hinchadas y retorcidas que pueden verse justo debajo de la piel. Por lo general ocurren en las piernas, pero también se pueden formar en otras partes del cuerpo. Las hemorroides son un tipo de vena varicosa.
Sus venas tienen válvulas que ayudan a mantener la sangre fluyendo en una sola dirección hacia su corazón. Si las válvulas están débiles o dañadas, la sangre puede detenerse y acumularse en las venas. Esto hace que las venas se hinchen, lo que puede conducir a venas varicosas.
Hacer ejercicio, perder peso, elevar las piernas al descansar y no cruzarlas al sentarse puede ayudar a evitar que las várices empeoren. El uso de ropa suelta y evitar largos períodos de pie también puede ayudar. Si las várices son dolorosas o no le gusta su apariencia, su médico puede recomendar procedimientos para extirparlas.
Si no se tratan, las várices más grandes pueden volverse problemáticas, pueden causar síntomas como picazón, dolor, pesadez e hinchazón en las piernas. La presión dentro de la vena puede debilitar aún más el funcionamiento de la válvula. Eso puede conducir a cambios crónicos en la piel y los tejidos, lo cual incluye úlceras o llagas abiertas, y piel dura y engrosada.
Las várices son una condición médica tratable, lo recomendable es acudir con un Angiólogo generalmente puede diagnosticarlas con un examen físico. También pueden ordenar un ultrasonido u otras pruebas para evaluar el problema de una manera más completa. El tratamiento depende de la gravedad de los problemas de las venas. Van desde cambios en el estilo de vida hasta procedimientos médicos.