Los lunares de carne suelen aparecer en pliegues como cuello, axilas, párpados y surco mamario, sin embargo, también se pueden presentar en otras partes del cuerpo.
Generalmente, pasan desapercibidos y cuando incomodan pueden ser extirpados, así son los papilomas, más conocidos como lunares de carne. Este tipo de lesiones corresponde a tumores benignos.
Se caracterizan por ser pequeñas lesiones solevantadas, es decir, que sobresalen de la superficie cutánea; pueden tener un tallo pequeño y delgado que conecta estas dos áreas. Miden aproximadamente tres milímetros de diámetro, son blandos, móviles y asintomáticos, pero se pueden torcer sobre sí mismos, inflamar y doler.
¿Cuándo consultar por los lunares de carne?
Si bien el origen de los papilomas es desconocido y, en general, no son peligrosos, hay que considerar que estos pueden alertar sobre un desbalance hormonal.
Cuando se producen en grandes cantidades o sobre una base de piel más café y gruesa se puede sospechar de problemas asociados a la glucosa u otras enfermedades. En estos casos, se debe consultar a un especialista.
De todas maneras, si son aislados y al paciente le incomodan por la fricción con las prendas de vestir u otros materiales, pueden extirparse en forma ambulatoria.