El tratamiento con diálisis en pacientes ancianos debe ser ofrecido a todos los pacientes a los que ello contribuya a prolongar una vida de calidad suficiente, excluyendo el tratamiento para prolongar un pro- ceso mortal. Se trata de añadir vida a los años y no años a la vida 3. En ocasiones es difícil predecir la eventual evolución y en estos casos es conveniente un período de prueba con diálisis, que en caso fallido deberá conducir a la retirada del tratamiento. Como contraindicaciones absolutas únicamente estarían: Demencia. Cáncer metastásico. Enfermedad hepática avanzada.
Discutibles serían aquellos ancianos con enfermedad pulmonar obstructiva crónica o miocardiopatía severa crónica.