Una arritmia es una alteración en el ritmo de los latidos del corazón. Puede ser porque el corazón lata muy rápido a esto se le llama (taquicardia) o muy lento y a esto se le llama (bradicardia) o porque lata irregularmente (se salta un latido o hay un latido de más).
Las causas son muy variables. Algunas son fisiológicas y se producen por el ejercicio o por emociones fuertes. Otras se deben al consumo de sustancias excitantes, son producidas por ciertos fármacos, se deben a alguna enfermedad cardíaca o aparecen al envejecer la persona.
Los síntomas que produce dependen del tipo de arritmia y del estado del corazón (de si hay alguna enfermedad de base). A veces, no producen síntomas, pero en general se manifiestan por palpitaciones, las cuales son la percepción del latido del corazón (normalmente no notamos latir nuestro corazón). La palpitación puede sentirse como una sensación de vuelco o golpe del corazón o como una sensación de ausencia de un latido o se notan los latidos muy rápidos.
Generalmente las arritmias no son graves y con un tratamiento adecuado no son peligrosas. Sin embargo, un pequeño porcentaje de personas tienen arritmias que implican un riesgo vital. Las arritmias también son más graves si la persona tiene otros problemas del corazón.
En general, las arritmias que comienzan en las cámaras inferiores del corazón llamadas ventrículos son más graves que aquellas que comienzan en las cámaras superiores llamadas aurículas.
La toma de excitantes (tabaco, alcohol, cafeína, etc.), la edad, el hipotiroidismo, la hipertensión arterial y numerosas enfermedades cardíacas son factores de riesgo para tener una arritmia.
Existe una estrecha relación entre la ansiedad y las arritmias. Las personas con ansiedad pueden tener secundariamente una taquicardia, la cual es fisiológica o normal (es como la que aparece al tomar excitantes o hacer un ejercicio). Pero también con mucha frecuencia las personas que tienen una arritmia, al notarse el latido del corazón, sienten un gran desasosiego y miedo y esto les genera ansiedad.
En nuestra práctica profesional no es excepcional encontrar ciertas personas que durante años han sido tratados con ansiolíticos porque fueron catalogados de tener un síndrome ansioso debido a que referían palpitaciones que nunca han sido objetivadas; sin embargo, un día se consigue hacer un electrocardiograma durante la crisis de palpitación y se descubre que realmente esa persona tenía una arritmia cardíaca que puede ser incluso curable.
Fuente: “Nisa” Hospitales.