Síntomas de la Hernia Discal
- Dolor
- Contracturas musculares
- Calambres
- Debilidad, Hormigueos
- Pérdida de sensibilidad
El dolor suele ser el principal síntoma. Sin embargo, no todas las hernias discales presentan síntomas dolorosos o molestos. En este caso se dice que son asintomáticas.
De hecho, según estudios científicos, prácticamenta una de cada cuatro personas a las que se les realiza una resonancia magnética, por motivos ajenos al diagnóstico de una hernia discal, se les suele detectar pequeñas hernias.
La intensidad del dolor provocado por una hernia discal puede variar de moderado a intenso y producirse de manera crónica o esporádica, dependiendo del grado de deterioro del disco.
Si a la situación de lesión del disco le añadimos un cuadro de debilidad de los músculos de la espalda, sobrepeso, malas posturas o la falta general de tono muscular, es muy probable que tus dolores se agudicen. Si estos dolores no se tratan, no desaparecerán por sí mismos.
La zona de dolor depende del disco afectado
Debes prestar atención a en qué zona de tu cuerpo se manifiestan tus síntomas. Este dato suele ser un importante indicador de en qué parte de la columna podría estar la hernia discal.
Si el dolor se extiende hacia las piernas, la hernia probablemente se encuentre en la zona lumbar. Si sientes molestias en la parte media de la espalda, es probable que se trate de una hernia dorsal. Si el dolor baja desde el cuello hacia los brazos podría tratarse de una hernia cervical, es decir ubicada en la zona del cuello.
Síntomas de la Hernia Discal Cervical
Una hernia discal cervical (cuello) podría dar lugar a los siguientes síntomas:
- Dolor de cuello.
- Rigidez muscular o calambres en el cuello.
- Dolor que se extiende hacia el brazo, que se conoce con el nombre médico de dolor irradiado o radiculopatía cervical.
- Sensación de hormigueo en el brazo o la mano.
- Debilidad en el brazo o en la mano.
Síntomas de la Hernia de Disco Lumbar
Una hernia de disco en la zona baja de la espalda (columna lumbar) podría dar lugar a los siguientes síntomas:
- Dolor en la espalda baja.
- Rigidez muscular o calambres en la espalda baja.
- Dolor que se extiende hacia la pierna, también conocido como dolor irradiado, radiculopatía lumbar o Ciática.
- Hormigueo en la pierna, pie o pies.
- Debilidad en la pierna, pie o pies.
- Incontinencia (ocurre raramente, pero si te ocurre más vale que acudas inmediatamente a buscar ayuda médica).
El dolor irradiado, un indicador típico de una hernia discal
El dolor irradiado es aquél dolor que sientes en una parte del cuerpo distinta de la espalda, como resultado de un problema en un disco intervertebral.
El dolor se irradia a lo largo del nervio afectado por la hernia. Ese es el motivo por el que una hernia que afecta la columna manifieste un síntoma en otra zona del cuerpo como, por ejemplo, una pierna.
Si tienes un disco protruido o herniado en la espalda baja, podrías sentir dolor irradiado en la pierna. En estos casos hablamos de unaRadiculopatía o Ciática, un dolor que se extiende desde los glúteos hasta la pierna y, a veces, hasta el pie.
Si tienes una hernia de disco en el cuello (columna cervical) podrías sentir dolor irradiado en el brazo o en la mano. En este caso también hablamos de una Radiculopatía.
Síntomas de la Hernia de Disco ¿Cuándo buscar ayuda médica?
El dolor provocado por una hernia discal puede impedir que desarrolles con normalidad tus actividades diarias. Puede, por ejemplo, dificultar el caminar, sentarte o incluso dormir confortablemente.
Si los síntomas son leves y no remiten en alrededor de dos semanas, deberías acudir al médico. Si el dolor aparece repentinamente después de cargar un peso o si es intenso deberías acudir cuanto antes para que te realice un diagnóstico ajustado a tu caso.
En algunos casos poco frecuentes la hernia puede causar incontinencia o pérdida de control de esfínteres. Si esto te ocurre debes buscar atención médica de inmediato.
En todo caso es importante que obtengas el diagnóstico médico correspondiente para tomar las medidas y tratamientos del caso. Solo así evitarás las causas que disparan episodios de dolor y empeorar tu situación y podrás iniciar un plan de tratamiento adecuado que puede incluir fisioterapia y medicación.