En España son muchos los niños y adolescentes que realizan actividades deportivas. De hecho, el grupo de trabajo “Actividad Física” de la Asociación Española de Pediatría recomienda la realización de actividad física moderada durante al menos 60 minutos diarios tres días a la semana.

 

Desde junio de 2013, se estableció una ley para proteger la salud del deportista y luchar contra el dopaje en la actividad deportiva. De este modo, el máximo organismo del deporte en nuestro país, la Agencia Española de Protección de la Salud en el Deporte, determinará, progresivamente, la obligación de realizar chequeos médicos antes de obtener la licencia federativa para aquellos deportes en que se considere. Esta medida no afectará a la práctica de deporte no federado y que llevan a cabo una gran cantidad de niños y adolescentes.

 

Muerte súbita de origen cardíaco

Los especialistas en Cardiología Infantil consideramos muerte súbita de origen cardiaco aquella que sucede durante el ejercicio físico o en la hora posterior a su finalización. Además, cabe destacar que la mayoría de los eventos cardiovasculares se producen durante la práctica de deporte a nivel recreativo. En cualquier caso, los imprevistos cardiovasculares vinculados con la actividad deportiva son afortunadamente muy poco frecuentes en la edad pediátrica y se relacionan con las miocardiopatías y anomalías congénitas de arterias coronarias, las canalopatías y síndromes de preexcitación, las valvulopatías, la disección aórtica, la miocarditis y la commotio cordis.
De este modo, parece razonable establecer un protocolo de control predeportivo que permita detectar enfermedades cardiovasculares potencialmente letales. En ese sentido, en febrero de 2015 la Sociedad Española de Cardiología Pediátrica y Cardiopatías Congénitas (SECPyCC), el Consejo Superior de Deportes y la Agencia Española de Protección de la Salud en el Deporte han elaborado una «Guía Clínica de Evaluación Cardiovascular previa a la práctica deportiva en pediatría».

 

Valoración cardiovascular preventiva

A modo de prevención, los especialistas en Cardiología Pediátrica aconsejan la realización de una valoración cardiovascular previa a la práctica deportiva en niños y adolescentes. Esta evaluación comprende una completa historia clínica, que incluyan antecedentes de soplo cardíacos, hipertensión arterial, toma de medicamentos de forma prolongada en los dos últimos años, crisis convulsivas no aclaradas u otras enfermedades que el niño o su familia perciban como un peligro potencial. Además, se interroga acerca de los antecedentes familiares de problemas cardiacos, miocardiopatías, arritmias o muerte súbita antes de los 50 años de edad.
Otro de los datos a tener en cuenta son los síntomas del niño: si se ha quejado de dolor en el pecho en situaciones de esfuerzo, la presencia de síncope o presíncope o la sensación de corazón muy rápido, palpitaciones o latidos irregulares. También preguntaremos si el paciente se fatiga habitualmente antes que el resto de sus compañeros al practicar deporte.
El siguiente paso es realizar una exploración física completa que incluya antropometría con peso, talla e índice de masa corporal, la toma de tensión arterial, la auscultación cardiopulmonar y la palpación de los pulsos periféricos. Prestaremos especial atención a la presencia de deformidades torácicas como el pectus excavatum o el pectus carinatum y a la búsqueda de estigmas de síndrome de Marfan.
Siempre realizaremos un electrocardiograma de 12 derivaciones, que nos permita una lectura sistemática del mismo. En ella podremos advertir pequeñas alteraciones frecuentes en la edad pediátrica que no precisan ninguna limitación para la práctica el deporte, pero también alteraciones más severas, cuya evaluación puede precisar la realización de exploraciones complementarias.

 

Avances en el control preventivo

Para la realización de un examen más riguroso, el Dr. Centeno Malfaz incorpora en él la realización de una ecocardiografía 2D doppler color. Esta prueba permite realizar una valoración de la anatomía cardiaca, así como de la manera en que el corazón está funcionando. De esta manera realizamos una observación cardiovascular profunda, dejando la aplicación de otras pruebas como la ergometría, el holter-ECG o la cardiorresonancia para pacientes seleccionados que presenten alteraciones en esta primera evaluación.
Por último, recordar que recomendamos repetir la evaluación cada dos años siempre que los resultados sugieran la ausencia de patología cardiovascular. En caso contrario, pueden ser necesarias revisiones con mayor frecuencia.

 

Al final la recomendación es visitar a su CARDIOLOGO PEDIATRA o en su defecto visitar nuestro sitio web https://medicosenmerida.mx/medicos-en-merida/cardiologos-pediatras/ para encontrar el especialista que mejor se adapte a sus necesidades.