El síndrome de ovario poliquístico (SOP) es la endocrinopatía más frecuente en mujeres en edad fértil de modo que parte importante su abordaje ocurrirá en atención primaria. Su prevalencia a nivel mundial se estima entre 8 y 18%, variando entre distintas etnias, y probablemente relacionada también a los índices de obesidad de cada población.
La fisiopatología del SOP no está completamente clara, pero sí existe consenso respecto a que involucraría múltiples componentes fisiopatológicos que se relacionarían entre ellos, formando un sistema biológico que se autoperpetúa en el tiempo. Los componentes principales involucrados serían:
- Componente genético.
- Disregulación en la esteroidogénesis.
- Alteraciones a nivel neuroendocrino en el eje hipotálamo-hipofisiario.
- Componente metabólico (obesidad, resistencia a la insulina).
- Factores ambientales, principalmente ejercicio y alimentación.
En este artículo revisaremos las distintas intervenciones disponibles para las pacientes afectadas y la evidencia que respalda su uso.
¿QUÉ ALTERNATIVAS TERAPÉUTICAS EXISTEN PARA MANEJAR EL SÍNDROME DE OVARIO POLIQUÍSTICO?
Las diferentes alternativas de tratamiento pueden dividirse en 2 grupos prinicipales:
Medidas no farmacológicas
Dentro de este grupo de intervenciones se encuentran los cambios en el estilo de vida, que son un pilar fundamental del manejo de este síndrome.
Contempla:
- regímenes hipocalóricos y bajos en grasas
- ejercicio físico regular.
- medidas cosméticas para el hirstismo (depilación, en sus distantes variantes).
Medidas farmacológicas
Existen diversas intervenciones farmacológicas que apuntan a actuar sobre los componentes fisiopatológicos que involucra este síndrome. Estos fármacos pueden clasificarse en los siguientes grupos:
- Sensibilizadores de insulina (Metformina)
- Farmacos antiandrogénicos (Espironolactona, Flutamida, Finasteride)
- Anticonceptivos combinados
El SOP es la endocrinopatía más común en mujeres en edad fértil. Su fisiopatología es compleja, e involucra distintos mecanismos que interactúan entre ellos formando un sistema autoperpetuante.
Las opciones terapéuticas consideran dos pilares principales: por un lado el cambio en el estilo de vida y por otra parte las distintas opciones farmacológicas.
En base a la evidencia analizada, se recomienda utilizar como primera línea farmacológica los anticonceptivos orales combinados, que contengan un progestágeno con efecto antiandrogénico. En caso de contraindicación al uso de anticonceptivos orales, las alternativas incluyen el uso de metformina o fármacos antiandrogénicos. Estos últimos deberían ser indicados y controlados en el nivel secundario, por subespecialistas, dado los riesgos asociados a su uso.
Al final la recomendación es visitar a su Médico General Familiar o en su defecto visitar nuestro sitio web https://medicosenmerida.mx/medicos-en-merida/medicina-general/ para encontrar el especialista que mejor se adapte a sus necesidades.