Las pecas son pequeñas manchas de color marrón causadas por el sol; se trata de una acumulación anormal de pigmento en un punto de la dermis. En la superficie de la piel, los seres humanos tenemos células productoras de pigmentación, llamadas melanocitos; en efecto, estas células producen pigmentos de melanina con los que alimentan los queratinocitos, las células de la dermis que forman la barrera exterior de nuestra piel.
Es esta barrera la que nos protege de agentes externos del ambiente que pueden afectar nuestra salud, como por ejemplo, las bacterias, el polvo y sobre todo el sol. Los melanocitos nos previenen de ser dañados por los poderosos rayos solares, UV A y UV B; pero cuando la radiación toca de cerca durante un tiempo prolongado a las células, nuestro cuerpo produce las pecas, acumulando sobre la piel el pigmento de melanina.
El mismo proceso de formación de las manchas nos hace caer en la cuenta de que broncearse empeora el color y tamaño de las pecas.
De todas maneras, el sol no es la única causa de su aparición: el factor hereditario es sumamente importante en la tendencia a desarrollar pecas en la piel. Estas tienden a ser heredadas genéticamente, y además son más comunes en individuos de piel clara y cabellos rubios o rojos. Incluso, algunas investigaciones hechas en hermanos gemelos han hallado una sorprendente similitud en el número de pecas que se encuentran en cada par de hermanos, hecho que refuerza la tesis de que la presencia de manchas se debe en gran parte a cuestiones hereditarias.